El
autismo y la familia lactante
Autism and the breastfeeding family
Celeste Land
Vienna VA USA
Traducción cortesía
de Norma Escobar
Revisado por Mónica Tesone y Waleska Porras
Tomado de Leaven, feb-marzo 2002
Volumen 38 No. 1
El autismo, que es un trastorno
del desarrollo biológico, se encuentra en aumento en los Estados
Unidos y en muchos otros países. El autismo produce un desarrollo
lingüístico anormal y a veces retrasado así como
problemas de interacción social. Los síntomas de autismo
suelen incluir comportamientos repetitivos, al parecer sin causa, tales
como el aletear las manos o mecerse. Muchos niños que sufren
de autismo también muestran síntomas de alergias serias
o de sensibilidad a alimentos. También pueden presentar problemas
digestivos. Se sabe muy poco en cuanto a la causa del autismo, y muchos
de los tratamientos son controvertidos.
Ventajas de la lactancia
materna para el niño autista.
Aunque hay pocos estudios
sobre el tema de la lactancia del niño autista, las investigaciones
que existen indican que la lactancia materna puede presentar muchas
ventajas para el niño que sufre de autismo.
Los niños que presentan
autismo a menudo tienen problemas crónicos de salud, incluyendo
infecciones y problemas respiratorios, alergias y sensibilidad a agentes
químicos, así como problemas digestivos. Varios estudios
han demostrado que la lactancia materna fortalece el sistema inmune,
protege el sistema gastrointestinal y protege contra las alergias. Estos
beneficios de salud continúan mientras el niño sigue recibiendo
leche materna, y en muchos casos, incluso continúan más
allá de la infancia. (American Academy of Pediatrics 1997).
La mayoría de las
personas que sufren de autismo tienen problemas neurológicos,
cognitivos y de desarrollo. Muchos presentan dificultades para procesar
u organizar información visual o auditiva. La leche materna contiene
altas concentraciones de substancias que son esenciales para el desarrollo
óptimo del cerebro, tales como el aminoácido taurina y
los ácidos grasos: el ácido docosahexaenoico (DHA) y el
ácido arachidonico (AA). Los investigadores han encontrado que
la lactancia materna puede aumentar el desarrollo cognitivo, el desarrollo
visual y las habilidades sensoriales de los niños. (Lucas 1992;
Birch 1993; Baumgartner 1984). En un estudio reciente, investigadores
en Nueva Zelanda observaron que existe una relación entre la
lactancia materna prolongada y el obtener calificaciones mayores en
pruebas de inteligencia más adelante en la infancia. (Horwood
1998).
La lactancia puede también
tener beneficios para el desarrollo emocional del niño autista,
ya que le ofrece una oportunidad especial de contacto físico
y emocional. La relación de lactancia también le ofrece
a la madre del niño autista una oportunidad para formar un vinculo
más fuerte con un niño que tal vez no logre darle retroalimentación
emocional óptima. Las madres que han amamantado a sus hijos autistas
comentan que ellos parecen responder mejor, logran un mejor ajuste social,
tienen mayor probabilidad de jugar juegos imaginativos y muestran más
afecto que sus compañeros con diagnósticos similares que
han sido alimentados con leches artificiales (Jackson 1992; Reznek 1992).
Finalmente, un estudio japonés
sugiere que la lactancia materna podría proteger contra el autismo.
Investigadores estudiaron las edades de destete de 145 niños
con autismo y los compararon con un grupo de control de 224 niños
normales. Aunque ninguno de los niños en el grupo de control
fue amamantado por mucho tiempo, estos científicos encontraron
que los niños en su grupo de control habían sido amamantados
un tiempo mucho mayor que los niños autistas en sus estudios.
Los investigadores, que anteriormente habían encontrado una relación
entre la incidencia de autismo y brotes cíclicos de neumonía
y bronquiolitis (Tanoue 1988), especularon que la lactancia materna
disminuye el riesgo de desarrollar autismo al proteger contra la neumonía.(Tanoue
1989). Aquellos niños con autismo pueden ser más vulnerables
a infecciones durante el periodo de recién nacidos.
Dieta, autismo y lactancia.
Algunos padres han encontrado
que ciertas modificaciones en la dieta del niño mejoran el comportamiento
autista y reducen los síntomas. Esto generalmente incluye el
evitar ciertos alimentos o sustancias problemáticas como lo suelen
ser los colorantes artificiales, aditivos, salicilatos (como la aspirina),
las proteínas de gluten y caseína, la levadura, los mohos,
y el azúcar. (N. de la T. Mohos se refiere a la capa de hongos
que se forma en la comida después de varios días de haberse
preparado o cuando se guarda en un lugar húmedo. También
se refiere a las esporas de hongos que se encuentran en el ambiente,
como en las alfombras, las paredes o los baños). Muchas madres
que amamantan a sus hijos con diagnostico de autismo han encontrado
que es de ayuda el eliminar estas sustancias de sus propias dietas también.
Puede tardar varias semanas o más para eliminar todo rastro de
estas sustancias en ambos, madre e hijo, especialmente cuando están
involucradas proteínas como caseína o gluten.
Una de las dietas más
populares para aquellos que sufren de autismo es la dieta "libre
de caseína, libre de gluten" que involucra la eliminación
de todo alimento que contiene la proteína de leche caseína
y la proteína de trigo gluten. Los niños y madres que
amamantan y que siguen esta dieta evitan todos los productos lácteos,
todo alimento que contenga trigo, avena o centeno y cualquier alimento
procesado que contenga caseína o gluten como aditivo. Mientras
que puede ser un reto el implementar esta dieta y no parece funcionar
para todo individuo con autismo, algunas familias obtienen gran éxito
con esta dieta. La Red de Autismo para la Intervención Dietética
(The Autism Network for Dietary Intervention- ANDI) ofrece información
y apoyo para aquellas familias que desean seguir esta dieta. (ver abajo).
Algunos padres expresan preocupación
ya que piensan que la caseína, que está presente naturalmente
en la leche materna, puede ser un problema para su hijo que sufre de
autismo. Sin embargo, la caseína de la leche materna es física
y químicamente diferente de la caseína que se encuentra
en la leche de vaca, con una composición de diferentes aminoácidos.
(Lawrence 1999). Las caseínas en la leche materna se consideran
mucho más fáciles de digerir que las caseínas de
la leche de vaca y pueden tener propiedades inmunológicas muy
importantes que pueden beneficiar al niño autista. Estudios recientes
han mostrado que la Kappa-caseína humana, que se encuentra en
la leche materna, promueve la colonización de bacterias benéficas
que cubren y protegen el intestino del niño amamantado. (Stromqvist
1995).
Como puede ayudar una Líder
de LLL
Los padres de niños
autistas deben navegar por un confuso mar de especialistas, opciones
de tratamientos y opiniones controvertidas mientras que intentan tomar
las mejores decisiones para sus hijos y sus familias. Este viaje tan
arduo puede ser aun más difícil cuando la relación
de lactancia es desvalorizada por aquellos que ayudan a la familia.
Las madres que desean continuar amamantando a su hijo autista pueden
sentirse desalentadas al no recibir apoyo en su decisión de continuar
la lactancia. Los profesionales de salud, terapeutas, u otros especialistas
pueden recomendar el destete temprano del niño con autismo, sugiriendo
que la lactancia es un factor que contribuye a los problemas del niño.
Estos especialistas pueden estar desinformados de la importancia de
la lactancia, y pueden no estar familiarizados con la lactancia de niños
mayores de un año. Como resultado, es posible que perciban la
lactancia del niño autista como algo anormal o incluso patológico.
La Líder puede ayudar a la madre de un niño autista a
educar a estos especialistas acerca de la lactancia. Ella puede ofrecer
información actualizada sobre las ventajas de la lactancia prolongada
y puede dar un punto de vista con mayor perspectiva sobre el comportamiento
típico de un niño mayor que aún toma pecho.
Las Lideres pueden ayudar
a las madres a dialogar con sus doctores de manera más eficaz,
usando sus habilidades de Relaciones Humanas (HRE) para hacer preguntas,
expresar sentimientos y dar información de manera no agresiva.
También puede darle a los padres una lista de recursos que los
puedan ayudar, incluyendo libros y materiales impresos, información
sobre grupos de apoyo o redes informativas o presentarles a otras Lideres
de LLLI o madres que tengan experiencia personal con autismo y lactancia.
Estos recursos pueden ayudar a la madre a tomar decisiones basándose
en información sobre lo que funcionará mejor para su hijo
y su familia.
La Líder puede recibir
llamadas de madres con preguntas sobre algo que han escuchado o leído
en cuanto a la lactancia y el autismo. Con ayuda del Departamento de
Enlace Profesional, ellas pueden ayudar a cada madre a evaluar de manera
critica información especifica para verificar su validez. Las
Lideres pueden darle a la madre la perspectiva necesaria para que ella
aprenda a diferenciar entre lo que es información basada en datos
actuales y lo que son opiniones o anécdotas.
Las madres con hijos autistas
encaran decisiones muy difíciles que estarán por fuera
del marco de LLLI o de la experiencia de la mayoría de las Lideres.
Aunque la Líder no pueda contestar todas las preguntas o preocupaciones
de la madre, ella puede escuchar con empatía a la madre y darle
un apoyo muy valioso. Al ofrecer calor, perspectiva y aliento, la Líder
puede ayudar a la madre a ver lo mejor en su hijo especial. Pero aun
más importante es que las Lideres pueden darle a las madres el
valor y la capacidad de desarrollar su propio estilo de crianza y de
poder tomar las mejores decisiones para su familia.
Referencias:
American Academy of Pediatrics,
Work Group on Breastfeeding. Breastfeeding and the use of human milk.
Pediatrics December 1997; 100(6):1035-39.
Baumgartner, C. Psychomotor
and social development of breastfed and bottle-fed babies during their
first year of life. Acta Paediatrica Hungarica 1984; 25(4):409-17.
Birch, E., et al. Breastfeeding
and optimal visual development. J Pediatr Opthal Strab 1993; 30:33-38.
Horwood, J., Fergusson, D.
Breastfeeding and later cognitive and academic outcomes. Pediatrics
January 1998; 101(1):e9.
Jackson, L. A follow-up story.
New Beginnings November/December 1992; 172.
Lawrence, R. and Lawrence,
R. Breastfeeding: A Guide for the Medical Profession, 5th Edition. St.
Louis, Missouri: Mosby, Inc, 1999; 117-19.
Lucas, A. et al. Breast milk
and subsequent intelligence quotient in children born preterm. Lancet
1992; 339:261-64.
Reznek, K. Another look at
autism. New Beginnings November/December 1992; 172.
Stromqvist, M. et al. Human
milk kappa-casein and inhibition of Helicobacter pylori adhesion to
human gastric mucosa. J Pediatr Gastroenterol Nutr 1995 Oct; 21(3):288-96.
Tanoue, Y. and Oda, S. Epidemiology
of infantile autism in southern Ibaraki, Japan: differences in prevalence
in birth cohorts. J Autism Dev Disord 1988 Jun; 18(2):155-66.
Tanoue, Y. and Oda, S. Weaning
time of children with infantile autism. J Autism Dev Disord 1989 Sep;
19(3):425-34.
The Womanly Art of Breastfeeding,
Schaumburg, Illinois: LLLI, 1997; 338-39, 359-60.
RECUADRO
Existen muchas organizaciones
que ofrecen información y apoyo para las familias de niños
con autismo, incluyendo la Sociedad de Autismo de América (Autism
Society of America www.autism-society.org),
el Instituto de Investigación del Autismo (Autism Research Institute
www.autism.com/ari), y la Red
de Autismo para la Intervención Dietética (Autism Network
for Dietary Intervention www.autismndi.com).
Una manera especial de ser padres: (A Special Kind of Parenting No.
163-12, a la venta por $6.50) por Julia Good & Joyce Reis (LLLI,
1985) este libro ayuda a los padres a superar los retos de tener un
niño con necesidades especiales. Mayor información en
cuanto al autismo se puede encontrar en el libro: Autismo: una guía
para padres (A Parent's Guide to Autism por Charles A. Hart, Simon &
Schuster, 1993 .
Última
fecha de modificación 17/3/02 por sak.