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Servicio noticioso desde Washington

17 de diciembre de 2003

E.U. y América Central establecen extenso acuerdo libre comercio

(USTR dice acuerdo negociado es "de primera calidad")

Estados Unidos y cuatro países de Centro América establecieron el 17 de diciembre un Acuerdo de Libre Comercio entre Estados Unidos y Centroamérica (CAFTA), que eliminará los aranceles, abrirá los mercados y fomentará la inversión, el crecimiento y las oportunidades económicas en los cinco países, informó un comunicado de prensa del Representante de Comercio de Estados Unidos (USTR).

Las conversaciones sobre el CAFTA comenzaron en enero de 2003, y el Representante de Comercio de Estados Unidos Robert Zoellick anunció en una rueda de prensa que los negociadores de Estados Unidos y de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua coincidieron en un "acuerdo de libre comercio novedoso y de primera calidad". Indicó Zoellick que el acuerdo incluye una serie de ambiciosos compromisos que abarcan todas las áreas económicas.

Dijo el Representante de Comercio de Estados Unidos que en Centroamérica el CAFTA "solidificará y creará nuevas oportunidades de venta en el mercado más grande del mundo". Añadió que Estados Unidos le dará a "casi todas" las exportaciones de Centroamérica, industriales y agrícolas, acceso inmediato y libre de aranceles a Estados Unidos tan pronto como el acuerdo entre en vigor.

Conforme al CAFTA, más del 80 por ciento de las exportaciones de productos industriales y de consumo, y más de la mitad de las actuales exportaciones agrícolas estadounidenses, estarán exentas de aranceles en Centroamérica tan pronto entre en vigor el acuerdo, dijo Zoellick.

Los textiles y la ropa son uno de los elementos mayores del comercio con Centroamérica, observó Zoellick, y los planteamientos novedosos dentro del CAFTA estimularán a las fábricas en Centroamérica a usar textiles e hilos fabricados en Estados Unidos así como materiales producidos por los asociados de Estados Unidos en el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA) - Canadá y México. Este planteamiento, afirmó, sostendrá los empleos en las industrias textiles y de ropa tanto en la América Central como en América del Norte y permitirá a los fabricantes de textiles en el hemisferio competir mejor a nivel mundial.

El CAFTA, dijo Zoellick, no solamente es ambicioso y abarcador, sino que también es flexible, al conceder a los países centroamericanos hasta 15 años para eliminar gradualmente ciertos aranceles agrícolas - hasta más tiempo en casos especiales.

Pero el CAFTA significa "mucho más que el comercio en bienes", dijo Zoellick. Señaló que este acuerdo abrirá los mercados para los servicios en áreas como recursos energéticos, turismo, transporte, ingeniería, servicios financieros y entretenimiento. El CAFTA, agregó Zoellick, reconoce también la protección de los derechos de la propiedad intelectual e incluye compromisos "de primera" en las áreas de la inversión, el comercio electrónico, las adquisiciones gubernamentales, el trabajo y el medio ambiente.

Dijo el Representante de Comercio que las exigentes normas del CAFTA en áreas como los derechos sobre la propiedad intelectual, los servicios, la transparencia, el trabajo y el medio ambiente, servirán como norma mundial para tales acuerdos.

Zoellick expresó su esperanza de que los inversionistas transformen el CAFTA en un "cimiento para el crecimiento, la esperanza y la oportunidad".

Además de sus implicaciones para los asociados en el CAFTA, dijo, el acuerdo es un "hito importante en nuestro camino hacia el libre comercio hemisférico".

Indicó el Representante de Comercio que espera incluir en el acuerdo a Costa Rica - que el 16 de diciembre dejó las conversaciones sobre el CAFTA - cuando los funcionarios de comercio de ese país hayan tenido tiempo para efectuar consultas y ocuparse de varios temas. Dijo que pronto hablaría con el ministro de comercio costarricense Alberto Trejos.

El ministro de Economía salvadoreño Miguel Lacayo aplaudió la conclusión de las conversaciones sobre el CAFTA. Indicó que el CAFTA anuncia un "nuevo futuro para nuestra región" y permite tener "esperanzas". Lacayo concordó con Zoellick en que el CAFTA significa más que comercio. Dijo que el acuerdo modernizará los sistemas económicos de la región, establecerá reglamentos y evitará que en el futuro se adopten políticas regresivas. Señaló Lacayo que le satisfacía particularmente el hecho de que el acuerdo es flexible y reconoce los niveles diferentes de desarrollo entre los asociados del CAFTA. El acuerdo "se ajusta a nuestra realidad", dijo.

Lacayo expresó también confianza en que el CAFTA beneficiará a todos los miembros de la sociedad salvadoreña y que el Congreso de los Estados Unidos demostrará liderazgo cuando considere el acuerdo.

"El CAFTA representa desarrollo, democracia y mantener fuerte a este hemisferio", dijo. "Tenemos confianza en que los miembros de la Cámara y del Senado lo reconocerán".

La ministra de Economía de Guatemala Patricia Ramírez se hizo eco de los sentimientos de su homólogo salvadoreño en su evaluación de la importancia del CAFTA. La conclusión de las negociaciones, dijo ella, "da comienzo a una nueva era,... una era de paz, comercio, democracia y desarrollo". Dijo Ramírez que el acuerdo no representa una panacea para la región, sino un pilar sobre el que debe construirse.

El ministro de Industria, Desarrollo y Comercio de Nicaragua, Mario Arana Sevilla, dijo que cree que el CAFTA traerá a su país el crecimiento sostenible que no tuvo durante la mayor parte de las dos últimas décadas, aumentará la competencia y beneficiará a los consumidores nicaragüenses.

El ministro de Industria y Comercio de Honduras, Norman García, dijo que se sentía complacido con el CAFTA, y agregó que corresponde a Honduras y a sus asociados en el CAFTA asegurar el éxito del acuerdo.

El comunicado de prensa emitido por el Representante de Comercio de Estados Unidos el 17 de diciembre indica que el borrador del texto del CAFTA se publicará en enero. El comunicado de prensa destaca que conforme a la Ley de Comercio de 2002 de Estados Unidos, la administración Bush debe notificar al Congreso por lo menos 90 días antes de que el presidente firme el acuerdo. El comunicado de prensa indica que la administración espera notificar al Congreso a principios de 2004 su intención de firmar el CAFTA y que seguirá consultando con el Congreso para prepararlo para su consideración del acuerdo.

A continuación una traducción extraoficial del texto del comunicado de prensa del USTR:

(comienza el texto)

OFICINA DEL REPRESENTANTE DE COMERCIO DE ESTADOS UNIDOS
OFICINA EJECUTIVA DEL PRESIDENTE
WASHINGTON, D.C. 20508

Para divulgación inmediata:
17 de diciembre de 2003

Estados Unidos y países centroamericanos concluyen histórico acuerdo de libre comercio

Aranceles y barreras comerciales serán eliminados gradualmente en novedoso pacto proyectado para fomentar el crecimiento económico y expandir las oportunidades de Estados Unidos en el importante mercado regional.

WASHINGTON - Estados Unidos y cuatro países centroamericanos concluyeron hoy un histórico y extenso Acuerdo de Libre Comercio (CAFTA), que removerá las barreras al comercio, eliminará los aranceles, abrirá los mercados y fomentará la inversión, el crecimiento y las oportunidades económicas de los cinco países.

"A principios de 2002 el presidente Bush planteó su visión del futuro de la región, un acuerdo de libre comercio con Centroamérica que expandirá la libertad y las oportunidades económicas de todos nuestros pueblos, y que dará sostén a la estabilidad regional, la democracia y el desarrollo económico. Se iniciaron las negociaciones en enero pasado y hemos convertido hoy en realidad esa visión del futuro con un acuerdo de libre comercio moderno, de vanguadia, que removerá los muros arancelarios que bloquean el comercio entre Estados Unidos y Centroamérica, entre amigos y vecinos", indicó el Representante de Comercio de Estados Unidos Robert B. Zoellick, al anunciar el acuerdo con sus colegas ministeriales de El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.

El CAFTA, culminación de un año de intensas negociaciones, cumple con un objetivo estadounidense clave de abrir mercados con asociados en el libre comercio, mientras se continúa promoviendo la liberalización comercial a nivel continental mediante el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y a nivel mundial en las conversaciones de Dohá en la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Hizo notar Zoellick que Estados Unidos se esfuerza por alcanzar las normas más exigentes en sus Acuerdos de Libre Comercio generales. Un quinto participante centroamericano, Costa Rica, dijo que necesita mantener consultas adicionales en su país antes de seguir adelante para participar en el CAFTA.

"Estados Unidos se ha comprometido a abrir mercados en todo el mundo porque los agricultores, trabajadores, consumidores y empresarios quieren vender nuestros bienes y servicios de clase mundial. El CAFTA modernizará el comercio: promoverá la inversión; recortará aranceles a los bienes; eliminará las barreras al comercio; proveerá protecciones avanzadas a la propiedad intelectual; fortalecerá las condiciones laborales y ambientales; y ofrecerá un sistema efectivo de arreglo de disputas", dijo Zoellick. "Paso a paso, país por país, región por región, Estados Unidos abre mercados con ALC generales, de máximo nivel, que sientan la norma".

El comercio total de bienes entre Estados Unidos y los cuatro países del CAFTA es de 15.400 millones de dólares.

"Mis colegas, los ministros, fueron socios hábiles y dedicados, al mismo tiempo que negociadores, y quiero agradecerles a ellos y sus equipos de negociación su liderato y capacidad para trabajar hacia una conclusión exitosa", añadió Zoellick. "Quiero también agradecerle a la negociadora estadounidense Regina Vargo, y a todo el equipo de Estados Unidos, por su extraordinaria labor".

Los países del CAFTA y muchos otros países en desarrollo ya disfrutan de acceso libre de derechos al mercado de Estados Unidos para la mayoría de sus exportaciones, a través de programas de preferencia comercial provistos por el Congreso para promover el desarrollo económico. Pero estos países a menudo tienen elevadas barreras arancelarias y no arancelarias para las exportaciones estadounidenses e imponen restricciones a las empresas estadounidenses. Los acuerdos de libre comercio de vanguardia como el CAFTA no sólo reducen barreras al comercio estadounidense, sino que también requieren importantes reformas del ambiente legal y empresarial local que son claves para alentar el desarrollo empresarial y la inversión. Tales reformas incluyen la provisión de una mayor transparencia en las acciones y trazado de reglas del gobierno; fortalecimiento del imperio de la ley; y mejoramiento de la protección y aplicación de los derechos de propiedad intelectual.

El comunicado de prensa de la USTR dice que la versión preliminar del texto del acuerdo se publicará en enero. De acuerdo con la Ley de Comercio de 2002, la administración debe notificar al Congreso por lo menos 90 días antes de firmar el acuerdo. La administración espera notificar al Congreso, a principios del año próximo, su intención de firmar el CAFTA. También seguirá consultando con el Congreso en torno al acuerdo, para preparar el camino hacia una consideración final.

Resumen:

Nuevas oportunidades para trabajadores y manufactureros estadounidenses: más del 80 por ciento de las exportaciones estadounidenses de bienes de consumo e industriales quedará inmediatamente exento de derechos en América Central, y los aranceles restantes se eliminarán en el plazo de diez años. Se beneficiarán sectores exportadores estadounidenses claves, como los de productos de la tecnología de la información, equipo agrícola y de construcción, productos de papel, químicos y equipo médico y científico.

Mercados ampliados para agricultores y ganaderos estadounidenses: Más de la mitad de las exportaciones agrícolas actuales de Estados Unidos a América Central quedarán inmediatamente libres de derechos, inclusive los cortes de carne vacuna de alta calidad, el algodón, el trigo, los granos de soja, las frutas y hortalizas claves, los productos alimenticios procesados y el vino, entre otros. Los aranceles sobre la mayoría de los restantes productos agrícolas estadounidenses quedarán eliminados en el plazo de 15 años. Los productos agrícolas estadounidenses que se beneficiarán con el acceso mejorado al mercado incluyen el cerdo, la carne vacuna, las aves, el arroz, las frutas y hortalizas, el maíz, los productos elaborados y los productos lácteos. Textiles y ropa: Los textiles y la ropa quedarán inmediatamente libres de derechos y cuotas, si cumplen con la regla de origen del acuerdo, con lo que se promoverán nuevas oportunidades para la manufactura centroamericana de fibras, hilados, telas y ropas. Los beneficios que concede el acuerdo a los textiles y la ropa serán retroactivos al 1 de enero de 2004. Una cláusula sin precedentes le dará beneficios de exención de derechos a cierta ropa hecha en América Central que contenga ciertas telas de los socios del NAFTA México y Canadá. Esta cláusula estimula la integración de las industrias textiles de América del Norte y América Central, y es un paso hacia la preparación de un mercado mundial cada vez más competitivo.

Acceso a los servicios: Los países centroamericanos concederán acceso substancial al mercado en todo su régimen de servicios, ofreciendo nuevo acceso en sectores tales como las telecomunicaciones, la entrega expreso, los servicios de computadoras y los relacionados con ellas, el turismo, la energía, el transporte, la construcción e ingeniería, los servicios financieros, los seguros, los audiovisuales y de entretenimiento, los profesionales, los ambientales y otros sectores. Los países centroamericanos han acordado cambiar los "regímenes de protección a los negociantes" y relajar las restricciones que bloquean las firmas estadounidenses en arreglos de distribución exclusivos o ineficientes.

Un acuerdo comercial para la era digital: Se proveen protecciones avanzadas y tratamiento no discriminatorio para productos digitales tales como los programas de computadoras, música, texto y vídeos estadounidenses. Se refuerzan las protecciones a las patentes, marcas registradas y secretos comerciales estadounidenses.

Protecciones vigorosas para los derechos laborales: Va más allá de los ALC con Chile y Singapur para crear una estrategia tripartita sobre los derechos laborales que asegurará la aplicación efectiva de las leyes laborales nacionales, establecerá un programa cooperativo para mejorar las leyes laborales y su aplicación, y crear capacidad por parte de las naciones centroamericanas para vigilar y aplicar los derechos laborales.

Un capítulo ambiental innovador: Va más allá de los ALC con Chile y Singapur en la búsqueda de cómo desarrollar un proceso robusto de presentaciones para asegurar que las opiniones de la sociedad civil sean consideradas apropiadamente, y para la determinación de hitos de actividades de cooperación ambiental y el aporte de las organizaciones internacionales.

Vigorosa protección a los inversionistas estadounidenses: El acuerdo establece una estructura legal segura y predecible para los inversionistas estadounidenses en América Central.

Compras gubernamentales abiertas y equitativas: Provee medidas pioneras contra la corrupción en los contratos gubernamentales. A las firmas estadounidenses se les garantiza un proceso equitativo y transparente de venta de bienes y servicios a una amplia gama de entidades gubernamentales centroamericanas.

Antecedentes:

El presidente Bush anunció el 16 de enero de 2002 su intención de negociar un ALC con los países del CAFTA, en un discurso ante la Organización de los Estados Americanos. La administración trabajó con el Congreso a lo largo del 2002 para obtener la Autoridad de Promoción Comercial (TPA). El Congreso aprobó la Ley de Comercio de 2002 en agosto de 2002, y el 1 de octubre de 2002 la administración notificó al Congreso que comenzaría las negociaciones del CAFTA.

Las negociaciones del CAFTA comenzaron en enero de 2003, y se desenvolvieron en nueve rondas de negociaciones. Estas negociaciones tuvieron lugar en San Salvador, El Salvador; San José, Costa Rica; Ciudad de Guatemala, Guatemala; Tegucigalpa, Honduras; Managua, Nicaragua; y en Estados Unidos en Houston; Nueva Orleans; Cincinnati y, finalmente, Washington.

Los cinco países centroamericanos ya están unidos en una zona de libre comercio, lo que hace de la negociación del ALCA una iniciativa natural.

A principios del año próximo Estados Unidos iniciará negociaciones con la República Dominicana, y tratará de incorporar ese país a las negociaciones del CAFTA el año que viene, antes de que el Congreso actúe en relación con legislación para aprobar y poner en vigor el acuerdo. Separadamente, Estados Unidos ha anunciado su intención de comenzar negociaciones de ALC con Panamá, Colombia y Perú, a ser seguidas por Bolivia y Ecuador cuando estén preparados. En las Américas, los socios actuales y en trámite de ALC con Estados Unidos representan el 68 por ciento del PIB del hemisferio, sin contar Estados Unidos. Y promovemos un ALCA que abrirá, también, más mercados con el Mercosur y el Caribe.

Además, Estados Unidos trabaja para concluir ALC con Australia y Marruecos, y continúa las negociaciones de ALC con cinco países del sur de Africa (Botswana, Lesotho, Namibia, Sudáfrica y Swazilandia). Finalmente, Estados Unidos ha anunciado su intención de negociar ALC con Bahrein y Tailandia.

(termina el texto)

(Distribuido por la Oficina de Programas de Información Internacional del Departamento de Estado de Estados Unidos. Sitio en la Web, http://usinfo.state.gov/espanol/)




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