Es una perturbación de la interacción social debido al descuido de las necesidades básicas de orden físico y emocional del niño, en especial durante la infancia.

También se puede deber a que el niño haya sido dejado en un orfanato en el momento de nacer y haya sido criado por múltiples tutores, pero sin la figura importante de los padres, incluso así haya recibido el cuidado físico adecuado.

El trastorno reactivo de apegamiento es causado por el descuido de las necesidades de un bebé con relación a la seguridad física, el alimento, el contacto y los lazos emocionales con un tutor ya sea primario o secundario.

El riesgo de descuidar al bebé o al niño aumenta con el aislamiento de los padres, la falta de destrezas para criar al niño, el hecho de ser padres adolescentes o de tener un tutor mentalmente retardado. El cambio frecuente de tutores, que se presenta en orfanatos o con familias adoptivas, es un factor que contribuye a ocasionar este trastorno.

Los niños adoptados de orfanatos extranjeros resultan comúnmente afectados, particularmente si fueron alejados de sus padres durante las primeras semanas de vida.

Del niño:

• Resistencia para responder a la interacción social
• Búsqueda de aislamiento
• Resistencia al consuelo
• Evasión del contacto físico
• Rechazo al tutor
• Sociabilidad indiscriminada con extraños

Del tutor:

• Descuido de las necesidades emocionales básicas del niño tales como apoyo, estimulación y afecto
• Descuido de las necesidades físicas básicas del niño

Para ayudar a definir este trastorno se utiliza una historia y un examen físico completos, incluyendo también posiblemente una evaluación siquiátrica.

El tratamiento contempla dos aspectos: el primero es garantizar que el niño esté en un ambiente seguro donde tenga satisfechas sus necesidades físicas y emocionales y, una vez que se ha logrado esto, el siguiente paso es modificar la relación entre el tutor y el niño, en caso de que el primero sea la causa del problema. Esto se hace mediante la capacitación del tutor, la cual le brinda las destrezas requeridas para satisfacer las necesidades del niño y ayuda a establecer lazos afectivos con él.

El tutor debe someterse también a una asesoría para solucionar cualquier problema actual, como abuso de drogas o violencia familiar. Los servicios sociales de protección del menor deben hacer un seguimiento a la familia para garantizar que el niño esté en un ambiente seguro y estable.

Los padres que adoptan bebés o niños pequeños de orfanatos extranjeros deben ser conscientes de que esta situación puede suceder y ser sensibles a las necesidades del niño con relación al afecto físico y el amor.

Este tipo de niños pueden sentir miedo de la gente y al principio sentirse abrumados con el afecto físico. Los padres no deben sentir esto como un rechazo, sino que es una respuesta normal para alguien que ha sido maltratado para evitar el contacto. En estos casos, se debe abrazar frecuentemente al bebé o al niño, pero sin forzarlo.

Los resultados se pueden mejorar con la intervención adecuada.

Si esta condición no se trata, puede afectar permanentemente la interacción social del niño y puede tener relación con el trastorno de estrés postraumático, la depresión, la ansiedad y otros problemas sicológicos.

Este trastorno se identifica generalmente cuando se reconoce un padre (o padre potencial) que está en alto riesgo de descuidar al niño o cuando un padre adoptivo tiene dificultades para manejar a un niño recién adoptado.

Se debe acudir al médico si se ha adoptado un niño recientemente de un orfanato extranjero u otra situación en donde se haya presentado descuido y el niño exhibe estos síntomas.

El reconocimiento temprano de este trastorno es muy importante para el niño. Una vez que se identifica el riesgo de descuido que puede sufrir el niño por parte del padre, se lo debe capacitar para su cuidado. Al paciente se le debe hacer un seguimiento, ya sea por parte de un trabajador social o de un médico para garantizar la satisfacción completa de las necesidades del niño.