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Actualizada: 2/III/99

Declaración explicativa
de la certificación anti-drogas a Colombia


Traducción extraoficial de la Declaración Explicativa
emitida por la Casa Blanca el 26 de febrero
sobre la certificación anti-drogas a Colombia


Colombia acumuló un sólido historial de éxitos para alcanzar los criterios de certificación de 1998, con algunas excepciones notables. Una nueva estrategia antinarcóticos, desarrollada a principios de la administración del Presidente Pastrana, establece una plataforma sólida para estructurar esfuerzos en los años por venir. Dicha planeación estratégica estaba casi totalmente ausente en Colombia antes de esto. El gobierno de Estados Unidos está colaborando estrechamente con el gobierno colombiano(GOC) para afinar y mejorar esa estrategia. Los funcionarios de la Administración Pastrana se han mostrado muy receptivos a los ofrecimientos estadounidenses de asesoría y ayuda, y expresaron un compromiso con la Alianza Conjunta Contra las Drogas, firmada durante la visita del Presidente Pastrana en octubre de 1998, de continuar la estrecha cooperación a medida que adelantamos las metas antinarcóticos que tenemos en común. Esta voluntad de cooperar estrechamente es la mayor diferencia entre el estado actual de los esfuerzos en Colombia y el historial con altibajos de los últimos cuatro años. Aunque es difícil medir la voluntad política y sólo es posible probarla con el tiempo, parece que en Colombia se ha dado un giro que permitirá una cooperación mucho más estrecha y mejores resultados en el futuro próximo.

La Policía Nacional de Colombia (PNC), bajo el liderazgo del General Rosso José Serrano, aumentó su historial de actuaciónes sobresalientes en actividades contra los narcóticos. Este año la PNC recibió mayor apoyo de las fuerzas armadas colombianas, y las operaciones conjuntas en el sur de Colombia comenzaron a mostrar éxito. Tales operaciones serán un factor importante en el futuro del programa, dada la creciente amenaza que representa para las operaciones antinarcóticos los traficantes fuertemente armados y los grupos de guerrilla y paramilitares que están involucrados en muchos aspectos en el tráfico de narcóticos. Por tercer año consecutivo, se erradicaron niveles récord de cultivos ilícitos, aunque esta erradicación no compensó la continua expansión del cultivo por parte de los traficantes, como parte de su esfuerzo para concentrar dentro de Colombia toda la industria de la droga. La PNC también tuvo un año notable en términos de decomisos y arrestos de traficantes importantes.

Otro criterio clave se cumplió totalmente cuando el gobierno de Colombia estableció un programa exitoso para matricular y controlar los aviones de propiedad privada en Colombia, el cual ha tenido el efecto de desalentar su uso para el tráfico de narcóticos. El GOC también ha comenzado a tomar medidas para adelantar la reforma carcelaria, un problema de larga data.

La peor decepción en 1998 fue la decisión tomada en agosto de cinco votos contra cuatro por la Corte Constitucional de Colombia de sostener la nueva ley de extradición colombiana tal como había sido aprobada por el Congreso. La Corte rechazó la argumentación planteada y apoyada tanto por la Administración Samper como por la de Pastrana según la cual irregularidades de procedimiento en la votación congresional terminaron en la aprobación de una ley que no es retroactiva. Como resultado, la ley pone a los cabecillas del cartel de Cali, actualmente en prisión, fuera del alcance de la justicia de Estados Unidos, al menos en lo que respecta a delitos cometidos antes de la aprobación de la ley de extradición en diciembre de 1997.

El sistema judicial sigue siendo el eslabón más débil del desempeño antinarcóticos de Colombia. En 1998 se vio poco progreso en la solución de los problemas endémicos de un sistema plagado por la corrupción, la incompetencia y la ineficiencia. Las leyes de confiscación de bienes y lavado de dinero no se aplican todavía en ninguna medida significativa, y no se han adelantado las reformas legislativas necesarias, tales como penas de prisión más severas para el tráfico de narcóticos y la aprobación de legislación para luchar contra las empresas criminales existentes.

En general, sin embargo, el desempeño antinarcóticos colombiano mejoró en 1998, y el advenimiento de la nueva Administración Pastrana da pie para mirar el futuro con optimismo.



Washington, D.C.
26 de febrero de 1999