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 Actualizada: 7/XII/01

Las relaciones internacionales de EE.UU. desde el 11 de septiembre


Palabras de la Embajadora Anne W. Patterson
ante la Asociación Diplomática y Consular de Colombia


Doctora María Clara Isaza, Vice Cancillera de Relaciones Exteriores encargada, Señor Fernando Alzate Donoso, Director de la Academia Diplomática y Presidente de la Asociación Diplomática y Consular; colegas diplomáticos; honorables invitados y amigos:

Es un gran placer estar con ustedes. Me honra la invitación a dirigirme a un grupo tan distinguido de colegas y profesionales del estudio de las relaciones internacionales. Me encanta estar en este salón que ha sido testigo de tanta historia de Colombia y de la región. Me honra en particular estar aquí cuando se celebra el vigésimo aniversario de la fundación de la Asociación Diplomática y Consular. Les agradezco esta oportunidad de hablar sobre las relaciones internacionales de Estados Unidos de América después del 11 de septiembre.

Este mes celebramos el primer aniversario del comienzo del Plan Colombia. Hemos logrado muchos éxitos en este año, y también hemos tenido algunos fracasos. Como el Plan Colombia forma parte importante de las nuevas relaciones internacionales de Estados Unidos en el hemisferio, quiero examinar ese tema al final.

Quiero empezar con algunos puntos que considero importantes, sobre la naturaleza de la sociedad, la política y la economía de Estados Unidos antes del 11 de septiembre, y los cambios generales ocasionados por los ataques. Después quiero tocar, primero, la naturaleza de la guerra contra el terrorismo en Estados Unidos, en Afganistán y en el mundo; segundo, algunos efectos en nuestras relaciones con nuestros aliados de la OTAN, con Japón, con Rusia, y con nuestros aliados de este hemisferio; tercero, un cambio probable en nuestro enfoque de la política comercial internacional; y finalmente, quiero hablar del efecto de este nuevo contexto en la política antinarcóticos y en nuestras relaciones con Colombia.

Muchos de ustedes han estudiado los Estados Unidos. Saben que es un país que cuando no enfrenta crisis inmediatas, tiende a ser aislacionista. A diferencia de los colombianos o europeos educados, muchos estadounidenses educados nunca han viajado a otros países. Aun en una ciudad diversa y sofisticada como Nueva York, la gran mayoría de los habitantes piensa principalmente en asuntos locales, luego en asuntos estatales, un poco en lo nacional, y poco, pero muy poco, en lo internacional. Esta provincialidad es aún más radical en el caso de pueblos y ciudades del interior del país.

Al mismo tiempo, Estados Unidos es un país diverso, con grandes cantidades de inmigrantes asiáticos e hispanos, europeos y africanos. Actualmente es el quinto país de habla hispana del mundo. Antes del 2005, los hispanos van a sobrepasar a los afro-americanos, como la minoría más grande del país. Los hispanos tienen creciente poder político porque están concentrados en cinco estados importantes electoralmente: Texas, California, Nueva York, Illinois y Florida, y han empezado a pensar en la importancia de las relaciones entre Estados Unidos y sus países de origen o ancestrales. Este tipo de vínculo es una fuerza que va en contra del aislacionismo.

Después de los ataques terroristas, se ha puesto de relieve el papel del islamismo en Estados Unidos. Existen en el país más de 6'000.000 de musulmanes y el islamismo es la religión de mayor crecimiento en Estados Unidos. Cuando la FBI empezó a buscar 200 personas que supieran hablar árabe, para combatir el terrorismo, aparecieron 15.000 voluntarios. Nada simboliza mejor el respeto de los estadounidenses por las demás religiones, que la presencia del Presidente Bush en el Centro Islámico de Washington poco después de los ataques.

Se ha visto desde los ataques, como se ha visto a través de nuestra historia, que bajo crisis, Estados Unidos encuentra unidad en su diversidad. Esto ocurre porque Estados Unidos, más que un lugar, o una raza o razas, o una cultura o culturas, es finalmente un conjunto de ideas, ideas de libertades políticas, intelectuales y económicas, de debates y luchas políticas ordenadas por reglas razonables. Los estadounidenses de cualquier origen tienden a ver un ataque contra Estados Unidos como un ataque contra esas ideas y valores, por eso su reacción es feroz y total. Quienes dudan de esto deben leer con cuidado sobre nuestra historia en la Segunda Guerra Mundial y sobre nuestra Guerra Civil (en la cual estadounidenses del norte y del sur del país lucharon hasta la muerte por sus ideas).

Los ataques terroristas en Nueva York y Washington han acabado con el aislacionismo de Estados Unidos de una forma novedosa. Hemos visto por primera vez un ataque enormemente destructivo, proveniente no de un estado sino de un complot amorfo de fanáticos de varias nacionalidades, actuando en nombre de una versión monstruosamente distorsionada del islamismo. Hemos visto, por ejemplo, que aquello que hemos ignorado por algún tiempo, nos puede hacer daño, como por ejemplo nuestro olvido repentino de Afganistán, permitiéndole volverse criadero del terrorismo.


LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO EN ESTADOS UNIDOS

Este nuevo tipo de amenaza requiere nuevas respuestas. Requiere enormes esfuerzos para recolectar y compartir inteligencia. Requiere intensa investigación criminal en muchos países, con constante intercambio de información entre fuerzas policiales. Requiere investigación financiera y cambios de reglamentaciones bancarias para obstruir la financiación del terrorismo, y requiere esfuerzos militares, económicos y diplomáticos contra las naciones que patrocinan y apoyan y protegen a los terroristas. Requiere nuevas medidas dentro de Estados Unidos para proteger al país de ataques terroristas.

El 8 de octubre el Presidente Bush creó la Oficina de Seguridad del Territorio Nacional. Ahora estamos comenzando a cambiar nuestro enfoque nacional, de "respuesta y recuperación" a la creación de una estrategia nacional de defensa en caso de ataques futuros. Eso no será fácil para Estados Unidos, donde las responsabilidades policiales y de seguridad tradicionalmente han sido descentralizadas. El principal desafío para la seguridad interna será enfocar todos los recursos gubernamentales disponibles, a los niveles federal y local, en el desarrollo y la ejecución de una estrategia que detecte y frene las amenazas terroristas antes de que ocurran.

Estamos tomando nuevas medidas preventivas en la seguridad de la aviación comercial. Por primera vez el gobierno federal de Estados Unidos asumirá la responsabilidad de las revisiones de pasajeros y equipaje, hasta ahora en manos de las aerolíneas. La creación de nuevos organismos y procedimientos requiere tiempo. Quienes hemos viajado a Estados Unidos últimamente sabemos que esto ha causado inconvenientes y demoras en los vuelos dentro y desde Estados Unidos. Lamentablemente, estos inconvenientes seguirán por algún tiempo.

Otros elementos de nuestra respuesta nacional a los ataques terroristas han causado mayor controversia. Los funcionarios policiales y de seguridad en Estados Unidos han interrogado a muchos ciudadanos estadounidenses de origen árabe sobre su posible conocimiento de individuos relacionados con los grupos terroristas. En las investigaciones sobre los ataques terroristas, el Departamento de Justicia ha detenido a unos 600 sospechosos, la mayoría de los cuales entró a Estados Unidos y se quedó ilegalmente. El Procurador ha dicho que 548 de esos sospechosos están detenidos por violación de las leyes migratorias.

El Departamento de Justicia estudia actualmente un plan para disminuir las restricciones a la FBI para que pueda llevar a cabo vigilancia de las organizaciones políticas en Estados Unidos. Era inevitable que estas acciones llevaran a muchos observadores estadounidenses a cuestionar la preservación y protección de nuestras libertades ciudadanas. La tensión entre la necesidad de proteger el orden público y las libertades individuales ha sido otra característica de la sociedad estadounidense desde comienzos de nuestra historia. Esa historia nos debe dar confianza en que se logrará un equilibrio entre la protección contra terrorismo y la preservación de las libertades ciudadanas que se le exigen al gobierno. No puedo expresarlo mejor que un conocido columnista de El Tiempo quien escribió la semana pasada que, en Estados Unidos

"están constantemente sometidos a la pugna dialéctica entre los derechos individuales y las obligaciones colectivas. No es un balance fácil… Pero nadie puede negar que este sistema que ha enfrentado a lo largo de su historia los más severos desafíos, ha sido capaz de encontrar la mezcla adecuada para salir airoso sin perder la esencia democrática que es la justificación de su existencia".

Creo que el pueblo de Estados Unidos ha entendido claramente lo que ha dicho el Presidente Bush: que ésta va a ser una lucha larga, compleja, variada, difícil y vital para la seguridad y hasta la supervivencia de su nación y para las ideas que representa. Yo veo al pueblo de Estados Unidos decidido a sostener este tipo de lucha.


LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO EN AFGANISTÁN

La primera fase militar va mejor de lo que se pudiera haber esperado. Colaborando con fuerzas afganas, estamos desalojando al régimen talibán de sus últimos baluartes. Las imágenes de los hombres y mujeres y niños de Afganistán celebrando su libertad han sido alentadoras, y los esfuerzos de los afganos por organizar un gobierno interino parecen prometedores.

Esta nueva visión de la posibilidad de que Afganistán salga adelante resalta la opresión en que ha vivido ese país bajo el asqueroso régimen talibán y al Qaeda, un sistema oscuro y salvaje de trogloditas políticos y religiosos que ahora se esconden en sus cuevas. Queda la tarea difícil y peligrosa de sacarlos de esas cuevas y desentrañar la red de al Qaeda. Sin embargo, todos reconocemos que el pueblo afgano es una de las principales víctimas del régimen talibán. Los esfuerzos internacionales comienzan a ayudar a Afganistán a recuperar sus bases sociales y económicas, así como a encontrar un gobierno multi-étnico, de base amplia. Los líderes afganos están reunidos en Bonn para decidir qué tipo de gobierno provisional instalarán. Después de dos décadas de guerra, Afganistán está por lograr la paz. Pero la reconstrucción del país exigirá asistencia internacional a largo plazo. Estados Unidos y Japón patrocinaron una reunión en Washington el 20 de noviembre para iniciar un esfuerzo para ayudar a los afganos a reconstruir su país. Estamos apenas en los primeros pasos de ese proceso, pero el plan de acción, resultante de esa reunión, es un compromiso claro de la comunidad internacional con el pueblo afgano.


LA GUERRA CONTRA EL TERRORISMO EN EL MUNDO

A los estadounidenses se nos recuerda continuamente que estamos al principio de una larga y compleja guerra contra el terrorismo, la cual va a durar muchos años.

La decisión política que yo veo en el pueblo y en el sistema político de Estados Unidos es la de llevar a cabo una lucha agresiva, imaginativa, e inteligente para identificar y capturar o destruir a los terroristas donde estén. Hay muchas otras organizaciones terroristas y otras formas de terrorismo en el mundo, contra las cuales necesitamos enfocar nuestra atención. También tenemos que encontrar maneras de asegurar que los gobiernos que ayudan a los terroristas no puedan seguir haciéndolo.

¿Quiénes son los terroristas contra los cuales estamos en guerra? Como dijo el Secretario de Estado Colin Powell, formarán parte de nuestra agenda si son del tipo de terrorismo que tiene un alcance mundial que podría afectar nuestros intereses o el bienestar de nuestros ciudadanos; o los intereses de nuestros amigos, de tal manera que ese interés pueda convertirse en nuestro.

El significado total de la coalición internacional contra el terrorismo no se ha reconocido todavía. Durante las últimas semanas hemos enfocado principalmente la actividad militar en Afganistán.

Pero el trabajo policial para identificar a los individuos y a las estructuras de las redes terroristas internacionales, en Europa occidental y en Estados Unidos, ha sido decisivo en la campaña contra el terrorismo. La información compartida entre Estados Unidos y sus aliados tradicionales en Canadá y en Europa occidental, especialmente en Alemania, ha sido contundente para el éxito. Colombia ha logrado un papel de liderazgo importante en las Naciones Unidas en la lucha contra el terrorismo. Este tipo de colaboración continua y creciente será decisiva para el éxito futuro en la prevención de ataques terroristas y en la persecución de las redes financieras del terrorismo internacional.

Además, no habríamos podido comenzar la campaña contra al Qaeda sin el amplio apoyo internacional. Ha sido definitivo el apoyo logístico y de inteligencia en la región, ofrecido por Paquistán y las nuevas repúblicas de Asia Central. La información compartida entre Estados Unidos y la Federación Rusa ha sido determinante para el éxito de la campaña hasta el momento.


EFECTOS EN RELACIONES CON LA OTÁN Y JAPÓN

Los aliados tradicionales de Estados Unidos han apoyado firmemente la campaña contra el terrorismo internacional. La OTÁN declaró desde el principio que el ataque a Estados Unidos era un ataque a todos. Japón también ha demostrado su solidaridad desde el primer momento. Gran Bretaña ha sido socio activo desde el principio. Alemania, Francia, Canadá, Australia y otros, han enviado tropas a participar en la campaña. Barcos de las armadas japonesa y alemana están patrullando las aguas internacionales, apoyando la campaña actual. Estos son nuevos niveles de cooperación internacional.


EFECTOS EN LAS RELACIONES CON RUSIA

Durante los años de la vida de la mayoría de nosotros, la relación entre Estados Unidos y Rusia proporcionó la estructura para las relaciones internacionales. Aunque la Guerra Fría terminó hace más de una década, en muchas formas, las relaciones entre Estados Unidos y Rusia han seguido matizadas por las sospechas del pasado. Eso empezó a cambiar rápidamente este año. El proceso de reformas en Rusia comenzó a engranar, con un firme cambio económico después del derrumbe de 1998 y un paquete de reformas legislativas promulgado por la duma.

Las primeras reuniones entre los presidentes Bush y Putin en junio y julio, ayudaron a mejorar las relaciones bilaterales. Esas reuniones tuvieron como resultado intensas consultas sobre armas estratégicas y misiles, y nuevos esfuerzos para aumentar las relaciones económicas y comerciales. En los últimos tres meses la relación entre Rusia y Estados Unidos ha quedado trasformada definitivamente. El mes pasado, durante la última cumbre, los dos líderes acordaron reducir los arsenales nucleares estratégicos aproximadamente en dos tercios. Ahora estamos tomando medidas para codificar esas reducciones, incluyendo medidas de verificación, y sin las negociaciones que duraban varios años durante la Guerra Fría. Con nuestros socios en Europa occidental pensamos diseñar nuevos mecanismos de cooperación, de acción coordinada, y de decisiones conjuntas para integrar a Rusia al proceso de toma de decisiones de la OTÁN. Los presidentes Bush y Putin también han abordado cómo ampliar nuestra ya dinámica relación económica y promover la integración total de Rusia a la economía mundial. Estados Unidos y Rusia ya no son rivales sino potencias amigas, persiguiendo los mismos objetivos en muchos casos, con base en sus valores compartidos. Las reuniones del mes pasado confirmaron que los dos países han embarcado en una nueva relación para un nuevo siglo.

En esos temas en los cuales los dos países difieren, las reuniones demostraron nuestra capacidad para abordar las diferencias francamente, pero sin que dominaran sobre nuestros intereses comunes. Esas reuniones definitivamente marcan el final de las relaciones internacionales estilo Guerra Fría.


EFECTOS EN RELACIONES CON LOS ALIADOS DEL HEMISFERIO

Parece que hace mucho tiempo que las naciones del Hemisferio se reunieron en la Cumbre de las Américas en Québec. Los ataques del 11 de septiembre han desviado en parte nuestra atención del ALCA. Sin embargo, seguimos comprometidos con lograr las metas de esas reuniones de abril, para establecer una asociación hemisférica de libre comercio para el año 2005.

Los ataques del 11 de septiembre también han planteado nuevos retos a las relaciones entre Estados Unidos y sus dos socios y vecinos más cercanos, Canadá y México. Compartimos unas de las fronteras más largas del mundo.

Lo más impresionante ha sido la cooperación tan cercana entre los tres países. Los funcionarios de ejecución de la ley han colaborado más de cerca para las inspecciones de vehículos y de identificación personal. El comercio a ambos lados de cada frontera ha sufrido bajas en las ventas. Pero, Canadá y México son los mayores socios comerciales de Estados Unidos, y confío en que encontraremos formas de darle seguridad a nuestras fronteras sin interrumpir el flujo de comercio y de personas.


CAMBIO DE ENFOQUE EN LA POLÍTICA COMERCIAL

Otro evento reciente de gran importancia internacional fue la reunión en Doha de la Organización Mundial de Comercio el mes pasado. El acuerdo de Doha es un gran logro para la comunidad internacional. El efecto del 11 de septiembre es algo mixto: el Presidente Bush es y siempre ha sido, filosóficamente, partidario del libre comercio.

Los ataques terroristas han tenido un doble efecto: por una parte aumentaron la importancia de mayor cooperación y asistencia al resto del mundo, lo cual representa una mayor apertura de los mercados. Una nueva ronda de negociaciones comerciales beneficiará a todos los países; promoverá el desarrollo económico y la apertura de mercados por todo el mundo.

Además, subraya la capacidad de 142 gobiernos muy diversos de colaborar para el bien común mundial. El ingreso de la República Popular de China y de Taiwán a la Organización Mundial del Comercio es un logro histórico. Así, la nación más grande del mundo se integra al sistema comercial mundial, y sus mercados de bienes y servicios serán más abiertos. Para Taiwán, su ingreso es el reconocimiento de los grandes pasos que ha dado en las últimas dos décadas para establecer una democracia floreciente y trasformar su economía en vías de desarrollo en una de las más poderosas de la economía internacional.

Claro que esto es únicamente el principio. Durante los próximos años enfrentaremos otros desafíos a medida que llevamos a cabo las negociaciones comerciales internacionales. Pero, Doha sentó las bases para mayor desarrollo, crecimiento, oportunidades y apertura en todo el mundo. Todavía no se ha definido una fecha límite para presentar el primer borrador del documento sobre el ingreso de Rusia a la Organización Mundial de Comercio; esperamos que sea presentado en los primeros meses de 2002.

Quiero mencionar que muchos meses después de haber asumido la presidencia, al Presidente Bush y a su equipo les criticaban su visión unilateral del mundo. Creo que la amplia gama de actividades que acabo de describir muestra una tendencia de Estados Unidos hacia vastos compromisos internacionales. Y esa tendencia seguramente va a continuar.


EFECTOS EN LA POLÍTICA ANTINARCÓTICOS Y EN LAS RELACIONES CON COLOMBIA

El narcotráfico, como el terrorismo, es una amenaza mundial contra la sociedad civilizada. Por esa razón el Plan Colombia, la fuerte política antinarcóticos que el gobierno colombiano, con nuestro apoyo, empezó a ejecutar apenas hace un año, también sirve como fuerte política antiterrorista. El Plan Colombia evitará que lleguen a manos de la guerrilla y de las Autodefensas los enormes recursos económicos provenientes del narcotráfico. Los efectos del 11 de septiembre a corto plazo serán algo ambiguos: aunque aumentará el interés por los programas con Colombia, la atención estará enfocada principalmente hacia Afganistán y el Medio Oriente.

La piedra angular del Plan Colombia es la erradicación aérea. Con el apoyo de Estados Unidos, la Policía Antinarcóticos ha erradicado más de 80.000 hectáreas de coca este año; el doble del área erradicada el año pasado. Muchos de nuestros recursos adicionales para el Plan Colombia, especialmente las nuevas aeronaves de fumigación, ya han empezado a llegar. Teniendo esto en cuenta, el año entrante Colombia tendrá por primera vez la capacidad de destruir los cultivos de coca más rápido de lo que los siembran. Eso nos da la posibilidad real de reducir tanto el cultivo de coca como los ingresos ilegales que genera.

La nueva Brigada Antinarcóticos de Colombia, entrenada por las Fuerzas Especiales de Estados Unidos y compuesta por 2.250 soldados, ha destruido más de 500 laboratorios de coca y 14 laboratorios de clorhidrato de cocaína en el sur de Colombia. Con el apoyo de los 16 helicópteros Blackhawk que les entregaremos, el Ejército y la Policía Nacional lograrán una reducción histórica de la producción de narcóticos en los departamentos del sur del país antes de lo programado.

El apoyo de Estados Unidos a la parte social del Plan Colombia es una realidad. Estados Unidos está invirtiendo directamente más de US$100 millones en desarrollo alternativo en Putumayo, el cual tiene una población de menos de 400.000 habitantes. Es una inversión grande desde cualquier óptica.

Muchos campesinos han comenzado a sembrar coca nuevamente y nosotros hemos empezado la erradicación aérea de esos nuevos cultivos. Durante los últimos seis meses la asistencia estadounidense al Programa de Protección de Derechos Humanos del Ministerio del Interior ha ayudado a dar protección a más de 1.000 colombianos amenazados, entre ellos periodistas, sindicalistas y trabajadores de derechos humanos. También en los últimos seis meses, el apoyo de Estados Unidos al sistema de alerta temprana de la Defensoría del Pueblo ha ayudado a poner sobre aviso, de posibles ataques de la guerrilla o de las Autodefensas, a más de 60 poblaciones rurales. Actualmente nuestro apoyo al Plan Colombia incluye la asistencia para 256.000 desplazados por la violencia y el conflicto.

Vislumbro las relaciones bilaterales del año entrante con optimismo. El Congreso de Estados Unidos no ha aprobado la versión final de la Iniciativa Regional Andina todavía. Se espera que la ley sea aprobada en breve y que Colombia reciba unos US$390 millones, suficiente para llevar a cabo nuestros proyectos. El Congreso de Estados Unidos también está examinando varias alternativas para la renovación y la ampliación de la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas o ATPA. La Cámara aprobó un proyecto de ley sobre el ATPA el 16 de noviembre, y la Comisión de Finanzas del Senado presentó su versión el 29 de noviembre. Aunque no se sabe cuándo pasará la ley sobre el ATPA a Conferencia, la administración Bush continúa comprometida con la prórroga y ampliación del ATPA y le gustaría ver la ley aprobada antes de terminar el año. Esperamos que pronto el Congreso apruebe un proyecto de ley en ese sentido y que el ATPA ofrezca nuevos beneficios arancelarios, retroactivos al 4 de diciembre.

Finalmente, permítanme una reflexión personal. Ya estamos en una época en la cual cristianos, musulmanes y judíos de todo el mundo celebran algunas de sus tradiciones más antiguas y sagradas. En estos momentos, nuestros pensamientos se dirigen especialmente hacia "paz en la tierra" y "prosperidad para todos los hombres". Esperamos que el proceso de paz en Colombia siga adelante con éxito. Continuamos apoyando los esfuerzos del gobierno colombiano en su empeño por concretar acuerdos de paz.

Son prometedores los acercamientos entre el Gobierno y el ELN. Una Colombia en paz, con prosperidad y justicia para todos los colombianos es la meta que todos compartimos.

Gracias.



Bogotá, D.C.
6 de diciembre de 2001