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  Actualizada: 28/VII/03

Urgen a países en vías de desarrollo concentrarse en ciencia y tecnología

Los científicos que participan en una conferencia ministerial sobre tecnología agrícola auspiciada por Estados Unidos urgieron a los países en vías de desarrollo a hacer más para encuadrar en términos científicos, no en percepciones falsas o en opinionescon prejuicios, el debate público en torno a la biotecnología agrícola.

Calestous Juma, director del proyecto de ciencia, tecnología y globalización en la Universidad de Harvard, dijo el 24 de junio en la conferencia de Sacramento que en muchos países en vías de desarrollo hay "vacío de políticas" sobre cómo difundir públicamente lo que ocurre en el campo de la investigación agrícola. Urgió a los gobiernos a que establezcan oficinas dedicadas a ofrecerles a sus líderes asesoría apolítica, continua e incluyente, sobre ciencia y tecnología, que refleje las políticas. Añadió que muchas de las preocupaciones de salud y ambientales acerca de la biotecnología son "excusas" que interfieren con la capacidad de los países de concentrarse en preparar y adaptar más investigación sobre tecnología agrícola y obtener acceso a los mercados mundiales.

Hizo notar que en el siglo XVI el mundo presenció un debate público acerca de los efectos del café en la salud, muy similar al debate actual sobre la biotecnología, el cual llevó a algunos países a prohibir temporalmente su venta. Francia, dijo, trató de disuadir a la gente de beber café, por temor a perder ventas de vino. Alemania temió perder ventas de cerveza, apuntó.

Sin embargo, observó, la prohibición del café no duró porque los defensores de la bebida pudieron probar que no ofrecía peligros.

Robert Farley, vicepresidente ejecutivo de la compañía Monsanto, agregó que la cuestión regulatoria clave que enfrentan los diseñadores de nuevas plantas es la "condición impredecible de los productos una vez que llegan al mercado", debido a la incertidumbre del proceso regulador. Urgió a los participantes en la Conferencia, muchos de los cuales llegaron de los países en vías de desarrollo, a concentrarse en la ciencia al desarrollar sus sistemas de reglamentación agrícola.

A medida que los países establecen sistemas reguladores más predecibles, los diseñadores de productos invertirán más en la investigación de las diferentes tecnologías, declaró. Añadió que lo que acontece actualmente en la investigación biotecnológica permite que los logros más recientes para establecer la secuencia de los genes se les trasfieran a los pequeños agricultores de todo el mundo. Señaló que la biotecnología ofrece a los agricultores una opción adicional, no restrictiva, acerca de cuáles semillas sembrar. Añadió que los beneficios que la biotecnología les ofrece a los pequeños agricultores han sido "más profundos" en países como China, India, Suráfrica y México, donde los agricultores siembran cultivos resistentes a las plagas porque no pueden permitirse costosos plaguicidas químicos.

Algunos de los cultivos resistentes a las plagas, derivados de la biotecnología, que se siembran actualmente, son doblemente valiosos para los agricultores, dijo Fairly, porque son también menos propensos a las enfermedades. Anotó que en Asia cinco millones de agricultores siembran ya cultivos biotecnológicos. Dijo que los diseñadores de plantas que usan la biotecnología desarrollan cultivos resistentes a la sequía en respuesta a la escasez de agua, lo que calificó como el "reto del siglo XXI". Anotó que la biotecnología agrícola puede ayudar a resolver el problema de la población mundial rápidamente creciente (y la demanda de más proteína en la dieta para mejorar la calidad de vida), dándoles a los agricultores la capacidad de producir más granos para usarlos como forraje.

El premio Nobel Norman Borlaug dijo que es necesaria más investigación para desarrollar trigo, maíz y arroz -- las cosechas básicas más comunes en el mundo, de rendimientos más altos, porque la cantidad de tierra que puede usarse para cultivar y la fertilidad de la tierra arable son limitadas.

Afirmó que ha habido "efectos perjudiciales a gran escala" debidos a la resistencia a la biotecnología.

Borlaug pidió a los funcionarios gubernamentales que muestren "valeroso liderazgo" al tomar decisiones acerca de la biotecnología agrícola. Como ejemplo de esa clase de liderazgo citó las "decisiones valerosas" tomadas por los ministros de agricultura de Pakistán e India para aprobar en la década del 60 nuevas variedades de trigo desarrolladas mediante la que era entonces investigación agrícola moderna. Dijo que esas decisiones ayudaron a los dos países a evitar la propagación de la hambruna. Agregó que el verdadero problema que enfrentan los países no es solamente el de proporcionarle suficiente alimento a la gente para que sobreviva, sino proporcionarle alimento de alta calidad nutritiva para que pueda mejorar su nivel de vida.

La conferencia ministerial, celebrada del 23 al 25 de junio, la cual se concentró en el intercambio de información sobre tecnologías agrícolas modernas, fue auspiciada por los departamentos de Agricultura y de Estado de Estados Unidos y la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional.



Sacramento, California
26 de junio de 2003