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Actualizada: 15/III/01

Programas de desarrollo social son
aspecto esencial del Plan Colombia


George Wachtenheim
Director en Colombia
Agencia de EE.UU. para el Desarrollo Internacional


Mientras se presta mucha atención al apoyo estadounidense a los aspectos del Plan Colombia que tienen que ver con la aplicación de la ley, a menudo se pasan por alto los esfuerzos de Estados Unidos para ayudar a los programas colombianos de desarrollo social, dice George Wachtenheim, director de la misión en Colombia de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID).

El término "Plan Colombia" se refiere a la estrategia abarcadora del presidente colombiano Andrés Pastrana para reprimir el comercio de drogas ilícitas y restaurar el orden civil en su país. Aunque la estrategia de Pastrana incluye varias iniciativas concebidas para fortalecer las instituciones democráticas en Colombia, objetivo que Estados Unidos promueve activamente, este aspecto del Plan Colombia "no siempre atrae tanta atención como creo que se merece", dijo Wachtenheim al hablar el 12 de marzo en una sesión informativa para la prensa en el Departamento de Estado de Estados Unidos.

Sin embargo, el desarrollo social "es parte esencial de los esfuerzos de Colombia para lograr la paz, fortalecer la democracia y ocuparse del problema de la droga", agregó. La guerra civil que aflige a Colombia desde hace décadas, oponiendo a las fuerzas gubernamentales con las guerrillas y las organizaciones paramilitares, ha producido corrupción generalizada y violencia en aumento, alimentadas por las ganancias provenientes de las drogas ilícitas y, en muchas partes del país, una infraestructura bastante erosionada. El conflicto armado en regiones remotas ha obligado también a muchos campesinos colombianos a huir de sus hogares y ha tenido como resultado numerosas acusaciones de violaciones de los derechos humanos.

Argumentó Wachtenheim que los difíciles problemas sociales que enfrenta Colombia deben enfocarse de una manera coordinada, porque "los problemas de las drogas y la violencia no se resolverán de un modo sostenible a menos que se atiendan también las causas fundamentales que son la raíz de estos problemas". Explicó que los programas de la USAID en Colombia se concentran en tres áreas: desarrollo alternativo, que apunta a reducir el cultivo de coca ofreciéndoles a los agricultores incentivos para sembrar cosechas legales; fortalecimiento de la democracia, con una concentración especial en mejorar la administración de justicia "para ayudar a hacer que el sistema judicial colombiano funcione, hacerlo más eficiente, más transparente y más accesible" a la población en general; y mejorar la situación de los derechos humanos mediante el establecimiento de un sistema de alerta temprana para eliminar las amenazas de masacres inminentes y ayudar a proteger a los trabajadores de derechos humanos, periodistas y líderes laborales.

Un rasgo prominente de los programas de la USAID es el establecimiento de centros judiciales, conocidos como Casas de Justicia, en los barrios de las principales ciudades colombianas que, tradicionalmente, están atendidos por debajo de sus necesidades. Estos centros "proporcionan un servicio múltiple de solución alternativa de disputas" a los residentes de los vecindarios pobres, hizo notar Wachtenheim, y el servicio es gratuito. Hay ahora 15 de esos centros en todo el país, "y cada uno de ellos atiende alrededor de 150 casos diarios. La demanda de estos servicios es tremenda; esperamos contar con 30 Casas de Justicia en funcionamiento para fines del año".

Además, la USAID ayuda a los esfuerzos de reforma judicial de las autoridades colombianas mediante un programa anticorrupción, apuntó Wachtenheim. "En Colombia, la corrupción es un problema muy grave, y ayudamos a que el estado fortalezca su capacidad de investigar y enjuiciar a los funcionarios corruptos".

La USAID se siente "muy complacida con el ritmo de aplicación" de los programas de desarrollo social del Plan Colombia, dijo Wachtenheim. Advirtió, empero, que "no va a ser fácil, y va a necesitarse una visión a largo plazo, sobre la reforma de las instituciones y provocar el tipo de cambio" que le permitirá a Colombia triunfar sobre los males sociales generados por el narcotráfico.

En sus comentarios finales, Wachtenheim recalcó que no se puede subestimar la importancia de los programas de desarrollo social en Colombia. Mencionó el alcance de los programas de la USAID en Colombia como prueba del compromiso de Estados Unidos de ayudar a las ambiciosas reformas sociales del Plan Colombia. "Los US$120 millones que administra la USAID hacen del programa colombiano uno de los mayores del mundo" entre los que maneja su Agencia y la USAID anticipa "la necesidad de proporcionar alrededor de US$100 millones de dólares anuales durante los próximos cinco años para llevar a cabo los programas que hemos iniciado recientemente".

Sin embargo, la continua ayuda de sus aliados no debería opacar el hecho de que el destino de Colombia descansa firmemente en las manos de los propios colombianos, dijo Wachtenheim. El apoyo de Estados Unidos al Plan Colombia se basa en el reconocimiento de que es un "programa colombiano, que responde a las prioridades colombianas y los problemas colombianos, y los colombianos son quienes van a tener que hacer este trabajo. Y, en último término, nuestra función es facilitar el proceso, y colaboraremos con ellos en este esfuerzo durante los próximos años".



Washington, D.C.
12 de marzo de 2001