Embajada de los Estados Unidos de América  |  Bogotá, Colombia Buscar:
 
La Embajada | Temas bilaterales | Prensa | Recursos electrónicos | Preguntas frecuentes | Sobre EE.UU. | Consular | Contáctenos
TEMAS BILATERALES
Abuso de drogas
Ambiente
Comercio internacional
Corrupción
Democracia
Derechos humanos
Desarrollo alternativo
Extradición
Lavado de dinero
Narcotráfico
Plan Colombia
Propiedad intelectual
Terrorismo

Página principal


  Actualizada: 08/III/00

Nuevo estudio vincula actividad solar con cambio climático

Agujeros de la corona solar afectan clima terrestre


Un estudio interdisciplinario poco común, llevado a cabo por astrónomos y climatólogos ha encontrado una sorprendente correlación entre los agujeros en la capa exterior del sol, o corona solar, y la temperatura media de la tierra, lo cual sugiere que la temperatura de la atmósfera terrestre puede depender fuertemente de los cambios en el magnetismo solar a lo largo de meses o años.

En una monografía que aparece en la edición del 28 de febrero de 2000 de la revista New Astronomy, el climatólogo Eric Posmentier, de la Universidad de Long Island en Brooklyn, los físicos solares Willie Soon y Sallie Baliunas, del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian y el físico Pius Okeke, de la Universidad de Nigeria, anotaron en una gráfica las anomalías de las temperaturas registradas en la tropósfera inferior de la tierra (es decir, la región de la atmósfera donde vivimos), usando radiómetros de unidades de sondeo por microondas (MSU) instalados en satélites meteorológicos.

Los científicos compararon la temperatura de la tierra con el tamaño de los agujeros de la corona registrados en el sol durante un período de dos décadas, desde enero de 1979 hasta abril de 1998. Los resultados muestran una disminución clara en la temperatura atmosférica de la tierra cuando la actividad del campo magnético del sol llega al máximo de intensidad. En este punto, se produce una baja de la actividad magnética y se agrandan los agujeros de la corona.

"Es la primera vez que alguien ha combinado estos conjuntos de datos modernos y confiables para vincular la actividad solar y el clima, y para citar varios mecanismos alternativos que podrían explicar ese enlace", explicó Posmentier.

Los agujeros de la corona solar son, literalmente, brechas en la atmósfera exterior del sol a través de las cuales la corriente de partículas calientes y supersónicas conocida como viento solar se vierte al espacio para abarcar el sistema planetario entero. En la Tierra, este baño caliente de partículas cargadas produce las auroras (por ejemplo la aurora boreal), interfiere con las trasmisiones eléctricas y radiales, e incluso puede poner en riesgo a los pasajeros de aviones comerciales que vuelen muy alto o a los astronautas en naves espaciales sin protección. Desde hace mucho tiempo, se sospecha que el viento solar contribuye indirectamente al cambio climático terrestre.

Posmentier y sus colegas consideran que la relación entre viento solar y clima puede ser más directa, al implicar que las partículas cargadas que chocan con la atmósfera de la Tierra pueden afectar las propiedades de las nubes terrestres que contienen agua, especialmente el porcentaje de nubes que cubre la Tierra. A su vez, los cambios importantes en la capa de nubes influyen en la temperatura de la tropósfera inferior, con temperaturas que disminuyen al aumentar la capa de nubes. También es posible que las partículas cargadas cambien la composición química del ozono en la atmósfera superior, lo cual a su vez afecta la dinámica del clima.

Sin embargo, los científicos indican que las partículas cargadas que chocan con la Tierra podrían proceder ya sea del sol, o de rayos cósmicos galácticos modulados por el viento solar, o de una combinación de ambas fuentes. A pesar de ello, el porcentaje de la superficie del sol cubierta por agujeros de la corona parece ser un indicador bastante preciso de la temperatura de la tropósfera de la Tierra durante meses o años.

La correlación viene con algunas advertencias. Como indican Posmentier y sus colegas, otros factores climáticos importantes también actúan concurrentemente, complicando por lo tanto los intentos para correlacionar el fenómeno sol-Tierra. Lo más notable en las dos décadas pasadas han sido los efectos del calentamiento El Niño entre 1997-98 y el enfriamiento general posterior a la erupción del Monte Pinatubo en 1991.

De acuerdo con Posmentier, sus resultados no descartan la posible influencia que tienen en el clima los combustibles fósiles que quema el hombre y que han causado el aumento del nivel del CO2 en la atmósfera. "En algunas partes del siglo pasado, a medida que aumentó la cantidad del CO2, la temperatura aumentó. No contradigo eso, y no digo que el CO2 no pueda tener efectos importantes en el futuro. Pero los datos no respaldan sin ambigüedad el que el aumento del CO2 es la causa dominante de la variabilidad climática. Hay otras razones importantes de las variaciones climáticas. Efectivamente, hemos hallado que la correlación más fuerte es aquélla entre el área de la superficie del sol cubierta de agujeros y la temperatura promedio mundial de la Tierra".

El Instituto Mount Wilson y el Instituto de Investigación de Energía Eléctrica brindaron su apoyo para esta investigación, la cual contó con financiación adicional del Consorcio Concesión Espacial Massachusetts, la Institución Smithsonian, la Fundación Richard C. Lounsbery y la NASA.



Brooklyn, N.Y.
2 de marzo de 2000