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Actualizada: 15/III/01

Destruirán del 85% al 90% de la coca en Colombia

Phillip Chicola
Director, Oficina de Asuntos Andinos del Departamento de Estado


La erradicación aérea de las plantas de coca a cargo del Gobierno colombiano tendrá como resultado final la eliminación del 85% al 90% de ese cultivo ilícito. Al hablar el 8 de marzo en un foro en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), Phillip Chicola dijo que Estados Unidos coincide con el presidente colombiano Andrés Pastrana en que para poner fin al prolongado conflicto civil en Colombia es indispensable frenar el comercio de drogas ilícitas. La paz en Colombia es "muy poco probable mientras y, a menos que, el combustible del conflicto, o sea, las ganancias generadas por el tráfico de drogas ilícitas y otras actividades criminales" desaparezca o disminuya.

"Es muy difícil conseguir que cualquiera de los grupos armados que vive del tráfico de narcóticos ilícitos se comprometa seriamente con la reconciliación nacional, mientras haya enormes ganancias" del comercio de drogas ilícitas. Agregó que desde que en diciembre comenzó, con respaldo de Estados Unidos, la campaña de erradicación aérea, se eliminaron más de 30.000 hectáreas de campos de coca colombianos. "Consideramos que acabaremos destruyendo entre el 85% y 90% por ciento de esa coca".

El paquete de US$1.300 millones con el cual Estados Unidos apoya el Plan Colombia, aprobado por el Congreso en julio de 2000, también respalda el "enérgico esfuerzo" del Gobierno colombiano para establecer una mayor presencia en el sur de Colombia, donde las guerrillas armadas y los narcotraficantes han venido operando con relativa impunidad. Simultáneamente, el paquete de asistencia de Estados Unidos impulsa el desarrollo alternativo de cultivos legales, las actividades de las organizaciones de derechos humanos y los esfuerzos para establecer un poder judicial más fuerte en Colombia, señaló Chicola.

Destacó que la asistencia no está ligada a ninguna administración de Estados Unidos e indicó que se puede esperar que Estados Unidos apoye a cualquier futuro gobierno democráticamente elegido en Colombia. El Plan Colombia llegará a su conclusión prefijada cuando el mandato de Pastrana termine en agosto de 2002. "Estamos en esto a largo plazo; esa es nuestra política nacional, no es la política de una administración en particular".

Al mismo tiempo, advirtió que solamente Colombia puede resolver sus propios problemas. Estados Unidos "no puede reemplazar la voluntad política y la voluntad de la sociedad que se necesita" para lograr la paz en ese país. Las autoridades en Washington están convencidas de que Pastrana se ha comprometido a hacer los cambios necesarios, y "confiamos en Dios que el próximo gobierno también muestre seriedad al respecto".

Chicola recordó a la audiencia que la aplicación del paquete de asistencia de Estados Unidos comenzó hace muy poco, y que mientras los resultados a corto plazo son "alentadores", las soluciones a largo plazo de los problemas de Colombia "no aparecen por ningún lado en el horizonte".

Dijo que las conversaciones de paz en curso entre el Gobierno colombiano y la guerrilla "probablemente son claves para resolver los problemas a largo plazo de Colombia, pero, por definición, son muy largas y complicadas y sospecho que pasará mucho tiempo antes de comenzar a dar frutos".

Otro orador, el ex embajador de Estados Unidos en Colombia, Myles Frechette, ofreció un punto de vista mixto sobre el nivel de apoyo que Pastrana y el Plan Colombia tienen de parte del pueblo colombiano. Un hecho claramente destacable, dijo, es que la entrega por Estados Unidos de los equipos antinarcóticos en el sur de Colombia aparentemente se desarrolla bien.

Frechette, quien fue embajador de Estados Unidos en Bogotá a mediados de la década del 90, dijo que con excepción de los 25 helicópteros Huey II que llegarán a comienzos del 2002, la entrega del resto de los equipos se cumplirá en la fecha prevista, y que los batallones antinarcóticos del Ejército "estarán entrenados y listos".

El ex diplomático, quien ahora trabaja en el sector privado, elogió a Pastrana por "ser honesto desde el comienzo" en cuanto al tiempo que se necesitará para lograr la pacificación de Colombia. Dijo que aunque los críticos han fustigado a Pastrana por no conseguir un acuerdo de paz, la verdadera misión de Pastrana era iniciar un proceso "que entonces pueda ser llevado adelante por los presidentes sucesivos".

El presidente colombiano, dijo Frechette, a comienzos de 2002 se convertirá de hecho en un presidente "saliente," por lo cual es improbable que haya avances importantes en las negociaciones de paz con las guerrillas. La guerrilla, a su vez, pondrá su atención en atraer a los candidatos que busquen suceder a Pastrana.

Añadió que las dos tareas importantes que enfrenta la Administración Bush son lograr el apoyo financiero internacional para el Plan Colombia y conseguir que el Congreso de Estados Unidos renueve y mejore la Ley de Preferencias Arancelarias de 1991.

Calificó de "gran éxito" el viaje de Pastrana en febrero a Washington para reunirse con el Presidente Bush y otros miembros de su Administración. El encuentro "tenía objetivos limitados y los consiguió". Ambos líderes establecieron una relación, y la Administración Bush aceptó públicamente apoyar la ley del comercio andino. Tanto las autoridades de Estados Unidos como de Colombia deben sentirse "contentas" con los resultados de esa reunión.



Washington, D.C.
8 de marzo de 2001