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  Actualizada: 22/VI/04

Éxitos del Plan Colombia y desafíos futuros

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Funcionario del Departamento de Estado urge al Congreso aprobar más ayuda a Colombia

Roger Noriega, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos del Hemisferio Occidental

La ayuda estadounidense a Colombia es vital para que continúe el éxito de los esfuerzos del presidente de ese país, Alvaro Uribe, para erradicar el narcotráfico y el narcoterrorismo, según Roger Noriega. En declaraciones prestadas el 17 de junio ante la Comisión de Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Noriega describió el firme progreso que ha logrado Uribe para restablecer el imperio de la ley en toda Colombia, la cual se ha visto afectada por el conflicto civil durante más de cuatro décadas. Estados Unidos es un aliado decisivo de Uribe en la lucha del presidente colombiano para proteger las instituciones democráticas de ese país de las amenazas de las organizaciones terroristas y guerrillas financiadas por las drogas.

Al recalcar la función importante de la asistencia estadounidense para ayudar a las autoridades colombianas a combatir la ilegalidad, dijo Noriega: "La política estadounidense en relación con Colombia apoya los esfuerzos del gobierno colombiano para defender y fortalecer sus instituciones democráticas, promover el respeto de los derechos humanos y el imperio de la ley, intensificar los esfuerzos antinarcóticos, fomentar el desarrollo y la inversión socioeconómicos, atender las necesidades humanitarias inmediatas y terminar con las amenazas que plantean el narcotráfico y el terrorismo a la democracia".

La lucha de Colombia tiene un impacto directo en la seguridad de Estados Unidos y la región, les dijo Noriega a los legisladores. De hecho, "Colombia sigue siendo un elemento central de nuestras metas antinarcóticos y antiterroristas" en el Hemisferio Occidental, porque "el 90% de la cocaína y un porcentaje significativo de la heroína llega a Estados Unidos desde Colombia", explicó. Sin embargo, a pesar de los logros significativos del gobierno del presidente Uribe, "cerca de 30.000 terroristas bien armados, financiados por las drogas, operan todavía en Colombia, afectando la capacidad del gobierno de ofrecer seguridad y servicios a sus ciudadanos".

Destacó Noriega que los narcoterroristas de Colombia han afectado también a los países vecinos de los Andes, así como a Brasil, América Central, México y las naciones isleñas del Caribe. Esto es especialmente preocupante dado que la lucha entre los insurgentes armados y el gobierno democráticamente elegido de Colombia podría en último término poner en peligro las democracias frágiles en otras partes de las Américas. "La inestabilidad regional resultado de las guerras internas de Colombia debilita nuestros esfuerzos para fortalecer la comunidad interamericana y promover socios regionales que sean democráticos, estables y prósperos", argumentó.

En Colombia, la determinación de Uribe de proteger a su país y sus ciudadanos de los narcoterroristas ha obtenido abrumadora aprobación pública, dijo Noriega. La "fortaleza de carácter, valor y visión son la base de su historial de éxitos y popularidad en los dos últimos años", señaló el funcionario del Departamento de Estado, refiriéndose al presidente colombiano. "La encuesta más reciente muestra que su tasa de aprobación es de más del 80%" entre los colombianos.

Mientras Uribe continúa poniendo en práctica el Plan Colombia (una amplia estrategia diseñada por su gobierno para atender los problemas más apremiantes del país: el tráfico de drogas, el narcoterrorismo y la necesidad de crecimiento económico), se han observado resultados impresionantes. Noriega citó ejemplos del éxito de Uribe: los cultivos de drogas ilicitas se erradican mediante campañas decididas de aspersión aérea; se ejerce presión sobre los líderes de las tres organizaciones narcoterroristas más prominentes del país, las tasas de homicidios y secuestros han disminuido y los militares colombianos han mejorado notablemente su historial en materia de derechos humanos.

"El presidente Uribe mira hacia adelante, trazando el mapa de una estrategia para basarse en los éxitos del Plan Colombia, proyectado originalmente como un plan de seis años que termina en 2006", agregó Noriega. "Esperamos dirigir mayores recursos colombianos a la tarea de acabar con cerca de medio siglo de violencia e ilegalidad. Él y sus sucesores necesitan el apoyo continuo de Estados Unidos para llevarla a cabo".

Por esta razón, "este año solicitamos un aumento modesto de la cantidad de personal estadounidense de apoyo en Colombia", para ayudar a Uribe a ir en pos de las metas trazadas en el Plan Colombia, explicó Noriega. "De acuerdo con eso, hemos pedido que en la Ley de Autorización de Defensa de 2005 se incluya un texto que aumente a 800 la cantidad de personal militar permitido, y a 600 la cantidad de contratistas civiles permitidos. Les urjo a que apoyen esta medida".

Al mismo tiempo, "nadie reconoce mejor que el presidente Bush que, a la larga, el libre comercio, y los empleos y alternativas económicas que ofrece a los ciudadanos de Colombia, proporcionarán los cimientos para nuestra asociación a largo plazo con Colombia", dijo el Secretario Adjunto. "Luego de varios años de recesión, la economía de Colombia ha reaccionado y disfruta de un crecimiento robusto. El empleo sube, como lo hace la confianza de los colombianos en su futuro económico. Están prestos y ansiosos de forjar una fuerte asociación comercial con Estados Unidos mediante un acuerdo de libre comercio. Las negociaciones formales empezaron el mes pasado en Cartagena y continúan esta semana en Atlanta, Georgia".

Finalmente, predijo Noriega que "si el pasado reciente guía el futuro de Colombia, las perspectivas del país, a largo plazo, son excelentes. Nuestra tarea a corto plazo es ayudar a consolidar los logros significativos alcanzados y ayudar a los colombianos a enfrentar los retos que quedan".



Destacan medidas de Colombia para frenar producción de cocaína

John Walters, director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas (ONDCP)

El apoyo permanente de Estados Unidos al gobierno de Colombia es decisivo para frenar la violencia financiada por las drogas ilícitas en esa nación andina, según directivos de dos agencias de Estados Unidos contra las drogas ilícitas. En una declaración prestada ante el Congreso el 17 de junio, John Walters, director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas, dependiente de la Casa Blanca (ONDCP), dijo que por primera vez en 20 años Estados Unidos y Colombia están por lograr importantes reducciones en la producción de cocaína en Colombia.

El respaldo a Colombia por parte de las fuerzas militares, policiales y de agencias de inteligencia de Estados Unidos, y de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), ha sido un "facilitador decisivo" en el arresto de miles de criminales traficantes de drogas ilícitas y en el enfrentamiento militar contra los grupos narcoterroristas colombianos, en una batalla en que esos grupos delictivos no pueden ganar, afirmó Walters ante la Comisión de Reforma Gubernamental, de la Cámara de Representantes.

Walters predijo que si los militares colombianos siguen "presionando" a esos grupos narcoterroristas, específicamente a las Fuerzas Armadas de Colombia (FARC) y a las Auto Defensas Armadas de Colombia (AUC), es "dudosa" la viabilidad de esos grupos como principales organizaciones del narcoterrorismo.

El presidente de Colombia, Alvaro Uribe, ha conseguido "logros acelerados" para provocar el colapso de la industria de la cocaína en Colombia, aseveró Walters. Si se mantiene ese "ritmo de erradicación" en Colombia, Walters estimó que habrá una reducción por la mitad de la producción de la hoja de coca en ese país, en relación con las cifras topes registradas en 2001.

El funcionario de la ONDCP agregó que la ayuda de Estados Unidos a Colombia ha sido dedicada a fines productivos, dado que el gobierno de Uribe está empeñado en lograr la paz y la democracia para toda Colombia. El gobierno colombiano, anotó Walters, "comprende el papel que desempeñan las organizaciones narcotraficantes en el apoyo a las dos principales amenazas terroristas en ese país".

El gobierno de Uribe es "firme, eficaz y goza de un abrumador apoyo popular", dijo Walters. "No vemos con mucha frecuencia una convergencia semejante, que hace posible una alteración grande y permanente de la industria del narcotráfico". Sin embargo, Walters advirtió que si el apoyo de Estados Unidos a Colombia se viera interrumpido ahora, momento en que "aún es operativa la infraestructura viable de la industria del narcotráfico, el cultivo de la hoja de coca puede reaparecer" en esa nación andina. Por otro lado, dijo que el apoyo permanente de Estados Unidos podría provocar el "quiebre" de la industria de las drogas ilícitas en Colombia.

"Ese sería un logro destacable", que causaría una "reducción drástica en la cantidad de vidas destruidas y de familias derrumbadas por el abuso de la cocaína" en Estados Unidos, dijo Walters.

Un complemento esencial a los éxitos en Colombia son los programas efectivos para la erradicación de las drogas ilícitas y la ejecución de la ley en los países vecinos de Perú y Bolivia, agregó. Walters afirmó que el cultivo de la hoja de coca en Perú y Bolivia siguen controlados y que debe seguir así para asegurar que no ocurra un crecimiento explosivo de la hoja de coca para reemplazar las pérdidas en los cultivos colombianos.


Karen Tandy, directora de la Administración para Control de Drogas de Estados Unidos (DEA)

También prestó declaración ante esa comisión de la Cámara de Representantes Karen Tandy, directora de la DEA, quien destacó una serie de éxitos logrados por Estados Unidos y Colombia en el procesamiento de narcotraficantes colombianos. Dijo que uno de esos recientes éxitos fue el enjuiciamiento de nueve jefes del cartel del norte del Valle, el cual en los últimos 14 años exportó a Estados Unidos más de 500 toneladas métricas de cocaína, por valor de US $10 millardos. Agregó que la DEA considera al cartel del norte del Valle responsable del contrabando de entre un tercio y la mitad de toda la cocaína que llega a Estados Unidos. Estados Unidos intenta acabar con las actividades de este cartel, afirmó Tandy, y señaló que ese fue el destino de los carteles de drogas ilícitas de Medellín y Cali.

Otro éxito destacable, informó Tandy, tiene que ver con la investigación financiera contra una enorme red internacional que lavó en Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido millones de dólares provenientes de las drogas ilícitas en Colombia por medio del mercado negro de cambio del peso", uno de los principales métodos que utilizan los traficantes colombianos para lavar fondos y uno de los más difíciles de detectar.

Esa investigación, dijo Tandy, fue coordinada por la DEA y tuvo cono resultado el enjuiciamiento de 34 miembros de la red de traficantes colombianos y el decomiso de US $20 millones en fondos lavados.

Tandy dijo que la DEA, en colaboración con el gobierno colombiano, pretende frenar y acabar con las organizaciones colombianas que se dedican al narcotráfico internacional "en cada uno de los pasos", yendo desde el "cultivo y la producción de cocaína y heroína hasta que llega a las calles de Estados Unidos". Al hacerlo también se están tomando medidas contra las FARC y las AUC, organizaciones a las cuales Tandy describió como "intricadamente conectadas al comercio de drogas ilícitas". Esos grupos narcoterroristas han acabado dependiendo de las ganancias obtenidas de las drogas ilícitas para financiar su lucha contra el gobierno colombiano, observó Tandy.

Mientras tanto, en una declaración sobre los antecedentes, divulgada sobre la audiencia del 17 de junio, la Comisión de Reforma Gubernamental de la Cámara dijo que el "Plan Colombia" del gobierno colombiano, estrategia integrada diseñada para abordar los desafíos más graves que enfrenta el país, "parece tener algún éxito, con caídas considerables en el cultivo de las drogas ilícitas, entre ellas la hoja de coca y la amapola, mejores esfuerzos para la interceptación de drogas ilícitas y disminución de secuestros y violencia".

Agregó que desde el año 2001 la producción de hoja de coca en Colombia bajó por lo menos un 20% y que el cultivo de la amapola disminuyó un 10%. El Departamento de Estado de Estados Unidos espera que se logre para fines de 2004 la meta del Plan Colombia de erradicar el 50% de los cultivos de coca en Colombia para fines de 2006, dijo la comisión. Añadió que los esfuerzos de interceptación por parte del gobierno de Colombia han aumentado desde 2002, con el decomiso de más de 70 toneladas métricas de cocaína en 2003.

La Comisión dijo que también cabe destacar que en 2003 la cantidad de secuestros (una importante fuente de ingresos para la guerrilla antigubernamentales en Colombia) disminuyeron un 26% y que hubo un 38% menos víctimas de masacres.




Ayuda de EE.UU. a Colombia da resultado

Robert Charles, Secretario de Estado Adjunto para Asuntos Internacionales de Narcóticos y Ejecución de la Ley (INL)

La inversión estadounidense en el Plan Colombia y los esfuerzos regionales complementarios para combatir los narcóticos y el terrorismo rinden dividendos, señaló Robert Charles del INL en el Departamento de Estado. En declaraciones prestadas el 17 de junio ante la Comisión de Reforma Gubernamental de la Cámara de Representantes, dijo que el cultivo de drogas en Colombia ha disminuido por segundo año consecutivo, el crimen violento y los actos terroristas se reducen, aumenta el imperio de la ley y se les ofrecen alternativas innovadoras al cultivo de las drogas, a los agricultores de bajos recursos.

Charles anotó que los esfuerzos conjuntos de erradicación colombo-americanos lograron una reducción del 21% en el cultivo de coca y un avance similar en la contención del cultivo de amapola. Consolidar estas ganancias y sostener este progreso "requiere que aquellos que cultivan coca o ampolaa no sólo sean desalentados de involucrarse en el narcotráfico, sino alentados a entrar en mercados legítimos", afirmó.

En consecuencia, dijo, los programas de desarrollo alternativo auspiciados por Estados Unidos aumentan las oportunidades económicas legales que tienen en Colombia los que antes producían coca y amapola, al dar apoyo a 7.000 hectáreas de cultivos legales en 2004 y a 45.000 hectáreas desde 2000. Estos cultivos, destacó Charles, han beneficiado a más de 34.000 familias, y han tenido como resultado la erradicación manual de 22.000 hectáreas de cultivos ilícitos.

Hizo notar que, además de los cultivos alternativos, desde 2001 se han completado 835 proyectos patrocinados por Estados Unidos para mejorar la infraestructura colombiana, entre ellos escuelas, sistemas de distribución de agua potable y edificios municipales.

Además de los éxitos en la erradicación de cultivos ilícitos y el desarrollo alternativo, los esfuerzos de interceptación también dan resultado, aseguró Charles. Indicó que en 2003 las fuerzas armadas colombianas decomisaron 145 toneladas métricas de cocaína y base de coca, con un valor en las calles estadounidenses de US $1,75 millardos. Les dijo también a los legisladores que el programa de interceptación aérea reiniciado en agosto del 2003, demuestra ser un disuasivo efectivo desde que volvió a funcionar, al forzar el aterrizaje o destruir 26 aeronaves sospechosas de tráfico de narcóticos. Al 1º de marzo del 2004, la Fuerza Aérea colombiana y sus asociados habían decomisado aproximadamente una tonelada métrica de drogas ilícitas gracias al programa de interceptación aérea.

Otros de los éxitos logrados en Colombia, dijo Charles, incluye la cooperación de los funcionarios colombianos de ejecución de la ley con funcionarios estadounidenses, canadienses y mexicanos para investigar y acusar, por violar la ley estadounidense, a los líderes y miembros de dos organizaciones criminales internacionales en Colombia. En ambos casos, se procura extraditar a Estados Unidos a los acusados, en "dos ejemplos del hecho de que estemos golpeando duramente a los traficantes y sus cómplices".

Estados Unidos ayuda también a mejorar el imperio de la ley en Colombia, en parte asistiendo al gobierno colombiano a establecer 37 casas de justicia, a fin de aumentar el acceso de los colombianos de menores recursos a los servicios legales. Recalcó Charles que "esta no es una victoria o una meta pequeña; está en el mismo centro, en nuestra opinión, del progreso sostenible". Hasta ahora, informó, las casas de justicia se han ocupado de más de 2,2 millones de casos.

Declaró Charles que la extensión de la protección del gobierno colombiano a los alcaldes, funcionarios de los derechos humanos, concejales, misiones médicas, periodistas y ex alcaldes representa otro "cambio total", que les permite a los líderes colombianos llevar a cabo sus actividades en un ambiente tan seguro como sea posible.

A medida que avanzan los esfuerzos en Colombia, añadió, una de las prioridades será adiestrar a los colombianos, para que puedan asumir cada vez más la responsabilidad de los programas.

En vista del progreso que ya está en marcha en Colombia, señaló, "estamos viendo, verdaderamente, la cúspide de un punto culminante nacional y, tal vez, regional".

Dijo Charles que el año próximo el reto será poner a buen recaudo el progreso anterior y seguir haciendo avances adicionales. "En pocas palabras, necesitamos consolidar nuestras ganancias y mantener este ritmo".



Washington, D.C.
17 de junio de 2004