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  Actualizada: 08/IV/03

Salud infantil y medio ambiente: se necesitan medidas urgentes

English version

Tommy G. Thompson, Secretario de Salud y Servicios Humanos de EE.UU.
Dra. Mirta Roses Periago, Directora, Organización Panamericana de la Salud

Esta semana celebramos la primera Semana de la Salud en las Américas. Para esta semana hemos adoptado el tema "Salud Infantil y Medio Ambiente", resaltando la necesidad de un ambiente más saludable en las Américas, desde el Estrecho de Bering hasta Tierra de Fuego. Mediante la promoción de hogares saludables, escuelas saludables y comunidades saludables, podemos modelar el futuro y lograr un cambio real en las vidas de millones de niños.

En la Cumbre de las Américas de abril de 2001, celebrada en Québec, 34 líderes de la región se comprometieron con un plan de acción que promueve el desarrollo de una niñez saludable. Estados Unidos y la OPS están comprometidos con los mandatos de la Cumbre porque creemos que cada niño merece crecer feliz y saludable y que ningún niño debería tener que enfrentar amenazas a su salud por vivir en un ambiente insalubre en su hogar, en su escuela o en su comunidad. Sin embargo, millones de niños en las Américas sufren por condiciones como agua impura, falta de sanidad, contaminación del aire en ambientes cerrados, higiene deficiente de los alimentos, viviendas deficientes y sistemas de alcantarillado inadecuados. Fuera de su hogar, muchos de los niños corren riesgos por los químicos peligrosos, los desperdicios tóxicos, la contaminación industrial y otros peligros ambientales existentes.

Los desequilibrios ambientales afectan a la niñez con mayor fuerza porque sus sistema inmunológico aún no ha madurado. Un entorno sin agua potable, alimentos inocuos o sanidad es un campo de cultivo para gérmenes, gusanos e insectos portadores de enfermedades que transmiten la malaria, el dengue y otras enfermedades. En muchos países, los niños comienzan a trabajar a una edad temprana y debido a ello se ven expuestos a los mismos riesgos ambientales que los adultos.

Los desafíos que presentan estos peligros son formidables. Pero confiamos en que hay muchas cosas que nosotros, como funcionarios de gobierno, padres, miembros de la comunidad y voluntarios, podemos hacer para generar un ambiente más seguro y saludable para nuestros hijos.

Con toda seguridad, se necesitan medidas urgentes. Cindo millones de menores de 14 años mueren al año en todo el mundo por enfermedades relacionadas con las condiciones del ambientales. Ochenta mil de estos menores provienen de América Latina y el Caribe. La niñez en Estados Unidos también sufre: el 61% de los casos de envenenamiento y el 16% de las muertes por envenenamiento con pesticidas fueron de menores de seis años. Asimismo, las economías sufren tanto como las personas: sólo en Estados Unidos, los costos anuales de ciertas enfermedades infantiles relacionadas con el ambiente se calculan en US$55 millardos. Todas estas tragedias son evitables.

Indudablemente debemos tomar medidas.

Los niños pueden liderar el camino describiendo su ambiente a sus padres, maestros, líderes comunitarios y quienes toman las decisiones. Ellos nos pueden ayudar a identificar los riesgos a la salud, planificar campañas de limpieza y tomar medidas, con sus padres, vecinos, comunidades, escuelas y clubes. Sus padres pueden trabajar con ellos, animarlos, enseñarles y, aún más importante, convertirse en líderes comunitarios ellos mismos. Mayor información en: Departamento de Salud y Servicios Humanos de EE.UU., la Agencia de Protección del Ambiental de EE.UU. y la Organización Panamericana de la Salud.

Los que estamos en cargos de autoridad, en el gobierno y en grupos de defensa, debemos hacer todo lo que podamos para apoyarlos. Ya hemos comenzado. Por ejemplo, ya estamos avanzando para garantizar que la niñez en las Américas tenga uno de los elementos más esenciales para una vida saludable: el agua potable. Estados Unidos anunció en la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible, celebrada en Johannesburgo en agosto de 2002, una asociación público-privada para llevar agua potable a los hogares más pobres del mundo. Safe Water System (SWS) es una asociación internacional dedicada a la reducción de las enfermedades diarréicas en menores de cinco años y otros segmentos vulnerables de la población, proporcionando desinfectantes para agua y contenedores para almacenamiento de agua pura producidos localmente, así como promoviendo técnicas de cambio conductual que tengan como resultado una mejor higiene. Comunidades en Bolivia, Ecuador, Haití y Perú ya se han beneficiado de los proyectos de SWS para llevar agua pura a sus hijos.

Este es un primer paso fundamental, pero sólo es el primer paso. Podemos, y continuaremos, colaborando hacia la meta de un ambiente saludable, desde Alaska hasta Argentina. Los niños de las Américas lo merecen.



Washington, D.C.
7 de abril de 2003




Children's Health and the Environment: Urgent Action is Needed

Versión en español

Secretary Tommy G. Thompson, U.S. Secretary of Health and Human Services
Dr. Mirta Roses Periago, Director, Pan American Health Organization

This week we celebrate the first ever Health in the Americas Week. To mark this week, we have adopted the theme "Children's Health and the Environment" to highlight the need for healthier environments for all children in all the Americas, from the Bering Strait to Tierra del Fuego. By promoting healthy homes, healthy schools and healthy communities, we can shape the future and make a real difference in the lives of millions of children.

At the Quebec City Summit of the Americas in April 2001, 34 leaders from across the Americas endorsed an action plan that works towards healthy childhood development. The United States and PAHO are committed to those Summit mandates because we believe that every child deserves to grow up happy and healthy. No child should face threats to his or her health from unsafe environments at home, in school or in the community. Yet millions of children throughout the Americas suffer from conditions such as unsafe drinking water, inadequate sanitation, indoor air pollution, deficient food hygiene, poor housing, and inadequate waste disposal. Outside the home, many of them face risks from dangerous chemicals, toxic waste, industrial pollution, and other environmental hazards.

Environmental imbalances affect children more because their immune systems are still immature. An environment without adequate drinking water, safe food, or sanitation is a breeding ground for germs, worms and disease-carrying insects that transmit malaria, dengue, and other illnesses. In many countries, children start work at an early age, and are therefore exposed to the same workplace environmental risks as adults.

The challenges presented by these hazards are formidable. But we are confident that there are many things that we (as government officials, parents, community members and volunteers) can do to create a safer and healthier environment for our children.

Make no mistake, urgent action is needed. Five million children under 14 worldwide die every year from environment-related diseases. Eighty thousand of those children are from Latin America and the Caribbean. Children in the United States suffer too: 61% of U.S. poisoning cases and 16% of deaths from pesticides, occur in children under six years of age. Economies suffer as individuals do: in the United States alone, the annual costs of certain childhood environmental diseases are estimated at $55 billion. These are all preventable tragedies.

There is no question that we must take action.

Children can lead the way by describing how they see their environments to their parents, teachers, community leaders, and decision makers. They can help identify health risks, plan clean-up campaigns, and take action, with their parents, neighbors, communities, schools, and clubs. Their parents can work with them, encourage them, teach them, and most importantly, become community leaders themselves. Additional information at: Department of Health and Human Services, the Environmental Protection Agency, and the Pan American Health Organization.

Those of us in positions of authority, in government and in advocacy, must do everything we can to support them. We already have begun. For example, we're already moving ahead to ensure that the children of the Americas have one of the most crucial items for a healthy life: safe water. The United States announced a public-private partnership to bring safe drinking water to the world's poor at the World Summit on Sustainable Development in Johannesburg in August 2002. The Safe Water System (SWS) is an international partnership that reduces diarrheal diseases in children under five years old and other vulnerable populations through the provision of locally produced water disinfectant and safe water storage containers, and by advocating behavior change techniques that result in improved hygiene. Already, communities in Bolivia, Ecuador, Haiti and Peru have benefited from SWS projects to bring safe, clean water to their children.

It's a crucial first step, but it is only a first step. We can and will continue to work together for the goal of a healthy environment, from Alaska to Argentina. The children of the Americas deserve no less.



Washington, D.C.
April 7, 2003