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NAVEGACIÓN
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McCaffrey informa sobre su viaje a América Latina

Barry McCaffrey,
director de la Oficina de Política Nacional de Control de Drogas

Fragmentos de la trascripción extraoficial de la rueda de prensa
ofrecida en el Centro de la Prensa Extranjera de USIS


Pregunta: General, una estación de televisión peruana informó ayer que usted les está proponiendo a Brasil, Perú, Argentina y Bolivia una especie de alianza regional para intervenir en Colombia a partir del año 2000, si las autoridades colombianas fracasan en controlar la guerrilla. ¿Qué nos puede decir acerca de esto?

McCaffrey: Estoy bastante seguro que toda la gente que piensa con claridad debería haberse dado cuenta a estas alturas: el señor Pickering y yo lo hemos dicho pública y privadamente, y digo esto como funcionario estadounidense, que no hay ninguna discusión en torno a la intervención estadounidense en Colombia. Ninguna discusión. No hubo ninguna discusión de este tipo durante ninguno de mis viajes. Y lo digo no solamente como funcionario público sino también como padre de una hija que es capitana en el ejército estadounidense y un hijo que es mayor de infantería. A fin de cuentas, son las fuerzas armadas, la policía, los jueces y los fiscales de Colombia quienes tendrán que enfrentar esta increíble amenaza interna a sus propias instituciones democráticas.

Dicho esto, creo que muchos consideramos el pensamiento político regional como algo esencial para apoyar el liderazgo del presidente Pastrana y espero que Estados Unidos y los otros socios regionales de Colombia suministrarán recursos, cuando sea apropiado, que coincidan con nuestra propia estrategia. Pero, lo que quiero decir, es simplemente que no tiene ningún sentido. No se ha hablado de eso y no se hablará.

Jacopo Goldstein, CNN, Radio Noticias: General McCaffrey, pienso que la pregunta ha sido formulada ... no sé si ha sido respondida ... pero, ¿qué es lo que usted piensa personalmente de las acciones del presidente Hugo Chávez, de Venezuela, quien trata de iniciar su propio diálogo con los guerrilleros colombianos, y dice que estos causan problemas también a ese país y que el problema de las drogas es lo suficientemente grave como para justificar su diálogo personal, a pesar de afirmar que no está violando la soberanía de Colombia?

McCaffrey: Bueno, el presidente Chávez tiene que enfrentar una serie enorme de desafíos. Tengo muchísimo respeto por este hombre y la tarea monumental en que se ha embarcado. Y una cosa que complica su tarea es el tema de las drogas. Claramente, ha desbordado la frontera con Venezuela. Secuestran ciudadanos venezolanos. Han secuestrado un avión y lo llevaron a Colombia. Ha habido una serie de incidentes realmente atroces a lo largo de esa frontera. Los venezolanos están determinados a no dejar que estas actividades contaminen a su propio país. Han sido inflexibles en la erradicación de las drogas, buscando las adormideras en la cadena de montañas a lo largo de la frontera. Por lo que estoy seguro que el presidente Chávez tiene una enorme preocupación acerca de cómo proteger a Venezuela de las FARC y del ELN.

Diría que muchos de nosotros compartimos la opinión de que es de importancia vital apoyar la estrategia del presidente Pastrana y su manera de pensar, y de que no nos pongamos en contra de su propio sistema político. Los colombianos tienen que enfrentar esto a su manera. Por lo que pienso que deberíamos ser muy cuidadosos acerca de intervenir directamente en lo que es esencialmente un conflicto interno muy divisivo en Colombia.

Jim Cason, periódico La Jornada, de México: Tengo dos preguntas, una acerca de Colombia. Usted ha hablado muchísimo acerca de cómo tratar con el problema de las FARC, pero, tal como yo lo entiendo, algunos de los grupos de derechos humanos dicen ahora que el aumento radical de la ayuda podría exacerbar los problemas con las fuerzas paramilitares en Colombia, que ellos afirman son responsables de las dos terceras partes de la matanza. Mi segunda pregunta es más corta. En el tema de la IEEPA, ¿han compilado una lista de compañías mexicanas e individuos que podrían estar dentro de la esfera de ese programa?

McCaffrey: El nivel de ayuda a Colombia ha sido importante. Ustedes saben, hace un par de años era de US$106 millones. El Congreso agregó un suplemento el último año y llegó a un total de US$256 millones. Muchos de nosotros queremos que esa cifra sea reexaminada. Queremos comenzar con una base de cero y fijar, dada una estrategia para Colombia, cuál es el nivel apropiado de apoyo. Este apoyo tiene que tener claramente componentes que estén relacionados con un desarrollo económico sustituto; tenemos que considerar el terrible problema económico de Colombia. Como usted sabe, la tasa de desempleo es del 20%, la devaluación del peso, la fuga de dólares de inversión, medio millón de ciudadanos colombianos que han abandonado el país, un millón de refugiados internos. Por lo que tenemos que considerar también estos temas.

Y entonces, finalmente, tendremos que apoyar ... según lo veo, de una manera apropiada ... a la policía y a las fuerzas armadas. Evidentemente, los derechos humanos son uno de los fundamentos de la política exterior estadounidense y de la política de drogas, y en mi opinión, cuando los colombianos avancen en este tema, lo cual ya han hecho de manera apreciable en los últimos años, deberíamos considerar esto.

Durante la ofensiva de julio, que fue salvaje y casi sin precedentes en su violencia, no hubo quejas contra las fuerzas armadas o la policía colombianas. Habiendo dicho esto, es evidente que estas fuerzas paramilitares son esencialmente organizaciones terroristas. Hay muchas sospechas de contacto a, digamos, nivel de brigada, entre el ejército colombiano y los paramilitares. Creo que el liderazgo militar colombiano, el general Tapias y sus jefes superiores, toman esto con seriedad y tratan de asegurar... no creo que haya una conexión directa, pero van a tener que enfrentar la impresión que tiene mucha gente, incluso los medios de prensa, de que los toleran.

Delia Linares, Agencia de Noticias Venezolana: Señor, usted dijo (por favor, corríjame si estoy equivocada) que existe la intención de crear en la OEA o hacer que la OEA desempeñe un papel como cuerpo unificado central en la lucha contra el narcotráfico. Y si es así, ¿que tipo de acción está usted contemplando para otorgarle poder a la OEA? Porque necesita un montón de recursos.

McCaffrey: Hay un documento que acordamos, esto es ... bueno, tiene que pasar por una sesión más, creo que en Canadá, esta próxima semana. No prevé una fuerza galáctica hemisférica relacionada con el tema de las drogas. Esto no es, usted sabe, una solución panamericana-hemisférica.

Lo que pasará es que se reconocerá que todas las 34 naciones tienen que tener su propia estrategia de drogas. Por lo tanto, en Venezuela, por ejemplo, solamente las autoridades policiales venezolanas tendrían autoridad.

Pero lo que hace es enumerar 82 maneras en las que las 34 naciones pueden cooperar, puede intercambiar datos, y pueden combinar mejor sus acciones antidrogas. Pero esto incluye no sólo interceptación y compartir pruebas; incluye prevención, tratamiento, lavado de dinero, control de los químicos precursores, etc. Y nos encantará mostrarles ese documento.

George Gedda, AP: Panamá tendrá una nueva presidenta dentro de dos días. ¿Tiene cualquier clase de información acerca de qué tipo de cooperación puede esperar Estados Unidos de la nueva administración? ¿Hay una posibilidad de que los vuelos de reconocimiento sean reiniciados o que la idea del MCC podría ser resucitada?

McCaffrey: Bueno, por supuesto usted sabe, que la señora Moscoso tiene una reputación espléndida en Panamá y en la comunidad internacional. Nuestro propio embajador Ferro ha estado en contacto con ella y otras personas que ha designado para distintos cargos. Estamos escuchando atentamente sus puntos de vista. Estoy seguro que ella está comprometida a proteger a Panamá de esta enorme amenaza interna y externa. Como ustedes saben, hay una cantidad inmensa de drogas contrabandeadas de Colombia a Panamá, por trasbordadores, por avión, luego desde Panamá siguen por la Carretera Panamericana o van por avión a Haití y la República Dominicana y a otros lugares. Traen consigo su corrupción y su violencia. Es una amenaza para su sistema bancario. Es un problema muy serio. Y estoy seguro que ella lo va a enfrentar.

Hemos estado trabajando de firme con las autoridades panameñas durante los últimos años. Hemos tratado de establecer un centro para tratar el lavado de dinero. Tienen computadoras, programas de computadora, entrenamiento dado por Estados Unidos. Y habrá más conversaciones en el futuro. También es cierto que Panamá ha sufrido ahora incursiones de las FARC, que cruzan la Península de Darién, aterrorizando a los aldeanos panameños. Existe el peligro de que las organizaciones paramilitares seguirán a las FARC. Los panameños quieren encontrar la manera de establecer el imperio de la ley dentro de sus propias fronteras.

Creo que es prematuro que discutamos ... deberíamos dejar que la señora Moscoso tome posesión, piense acerca de la situación panameña, pero digo categóricamente que escucharemos su forma de pensar y trataremos de apoyarlos en lo que están tratando de hacer.

Pregunta, de (nombre inaudible) de (estación de televisión colombiana): General, el periódico Clarín dice que usted ha estado hablando con el gobierno argentino para preguntarles si podían usar parte de su territorio, territorio argentino, como una especie de base para luchar contra las drogas. ¿Es cierto? ¿Cómo va el acuerdo? ¿Involucra a otros países?

McCaffrey: ¿Como parte de una base para luchar contra las drogas? Sé que no necesito explicarle, ya que usted vive en el Hemisferio; generalmente, cuando hablo con gringos, llevo un mapa de América Latina y trato de poner en el medio cosas como Francia o algo con lo que se identifiquen. Tener una base en Argentina para hacer algo así es como, usted sabe, tener una base justo al este de Moscú. Hay un largo camino hasta allí, como aprendí de nuevo cuando volé toda la noche del sábado.

No, Creo que el desafío argentino es similar al que enfrentamos nosotros. Tienen un problema de consumo de drogas que los preocupa, están tratando de hacer algo acerca de esto ahora para no llegar a una situación como la que llegó Estados Unidos. Su problema de drogas es del 2,9%. El nuestro llegó al 14% en 1979. Los argentinos están decididos a que no les pase a ellos. Tienen un problema de contrabando de drogas, a través del puerto de Buenos Aires. Es difícil saber qué hacer, porque hay tratados internacionales que no permiten la inspección de contenedores que vienen de Bolivia, Paraguay, etc., por lo que es un problema enorme. Los argentinos tratan de solucionarlo y han sido una ayuda inmensa para el liderazgo hemisférico que está organizando esta nueva solución a través de la OEA.

De modo que en Argentina, como en otros países, mi propósito principal al ir allí fue escuchar, no hablar, y escuchar cuáles son sus ideas, cómo deberíamos trabajar en este tema. Esto es por lo que quería reunirme con dos de los candidatos presidenciales, porque uno de ellos estará en Canadá, en Otawa, en el año 2001. Les dije a ambos candidatos: "Ustedes deberían exigir en Otawa pruebas de que esta cooperación multinacional sirve los intereses del pueblo argentino", lo que creo que será así.

Marcela Sánchez, El Espectador, de Colombia: Como una pregunta de seguimiento, me pregunto cómo están yendo las negociaciones con un tercer FOL (Forward Operating Location, Zona de Operaciones Avanzada) , porque ha habido rumores acerca de dos ... se supone que hay un tercero. Se que usted ha expresado preocupación, desde que se cerró la Base Howard, de que no tienen el mismo tipo de cobertura que tenían antes con una base en Panamá. ¿Cómo tratan de reemplazar esto? Y para repetir una pregunta hecha antes, ¿está la idea del MCC completamente muerta o usted piensa que en algún momento podrá revivirla en alguna parte del hemisferio?

McCaffrey: Bueno, el comandante en jefe estadounidense, general Charlie Wilhelm, presentó un concepto excelente cuando, el 1ro. de mayo, cerró la base en Panamá. Y desde esa base, se realizaban más de 2.000 vuelos antidrogas al año a alguna parte del hemisferio. Y podría agregar, no se trata solamente de las fuerzas armadas; uno de los instrumentos más importantes que tenemos en Estados Unidos es el Servicio de Aduanas, pero también los aviones del Servicio de Guardacostas, los aviones de la DEA, de la Marina, de la Fuerza Aérea y un gigantesco avión AWACS. Por lo que cuando (la base en) Panamá cerró el 1° de mayo, teníamos un problema. Y obtuvimos acceso provisorio, por suerte, a Manta, Ecuador, lo que está funcionando extremadamente bien, y acceso provisorio a Curazao y Aruba, lo que también está funcionando extremadamente bien.

Y el comandante en jefe cree que necesitamos otro FOL en alguna parte de la región centroamericana. Y yo también creo que la necesitamos, debido a la naturaleza geoestratégica del desafío en el Pacífico oriental. Ha habido conversaciones acerca de varias opciones. Como saben, es muy difícil. Estos aviones AWACS pesan muchísimo, solamente pueden aterrizar en ciertos lugares. Además, estamos hablando de vuelos que, dadas las distancia en América Latina, son... cuando están con los tanques de combustible llenos, pesan una tonelada. Por eso, Soto Naco, en Honduras, donde hay una presencia actual estadounidense, probablemente no servirá para los AWACS o los B-3 de la Aduana.

Es un desafío. Estamos discutiendo el tema con algunos de nuestros socios centroamericanos. Y todavía no tenemos una solución. Tenemos un punto flaco. Es un gran problema ahora en nuestra cobertura y estamos tratando de compensarlo usando otros medios.

La mejor noticia que recibí del comandante en jefe es que nuestro radar remoto en Puerto Rico, con un alcance más allá del horizonte, entrará en funcionamiento probablemente en enero. Estas son buenas noticias. Entonces tendremos estos radares con un alcance de 2.000 millas operando en Texas, Virginia y Puerto Rico. En ese momento, tendremos una cobertura excelente por radar en casi todas partes... tan lejos al sur como el tercio meridional del Perú. Y vamos a mejorar técnicamente esa capacidad. Dentro de 5 años podríamos no necesitar los AWACS en esas regiones, pero por ahora tenemos un problema.

Pregunta,La Nación, de Argentina: ¿Qué pasará si el proceso de paz finalmente fracasa? Pero usted habla de cooperación regional. ¿Qué pueden hacer los países vecinos? Quiero decir, usted habla de apoyo político. Ellos ya lo han hecho. Y usted habla de recursos. Y es obvio que ninguno de estos países está en condiciones de darle recursos a Colombia. Lo que quiero decir, ¿qué es lo que cooperación regional significa exactamente para usted?

McCaffrey: Bueno, nuevamente, yo sugeriría que esto no es lo que yo quiero decir; es lo que significa para los gobiernos de Ecuador, Venezuela, Brasil, Perú, Bolivia y Panamá, y el gobierno de Estados Unidos. Me parece que tenemos primero que escuchar el punto de vista de Colombia, de manera que el presidente Pastrana y sus ministros de relaciones exteriores y de defensa, y otros presenten un concepto, y entonces tendremos que apoyarlos.

Pero, nuevamente, argumentaría que este no es un problema exclusivamente colombiano. El lavado de dinero, los químicos precursores, el contrabando de drogas, el contrabando de armas, el movimiento de gente que trabaja en el cultivo de la coca, involucra a los ciudadanos ecuatorianos que cruzan la frontera a pie para trabajar en los campos de coca, involucra la violación de la ley en Venezuela, secuestros, asesinatos. Involucra el cruce de la frontera panameña. No veo cómo podemos verlo solamente como un problema colombiano. Todos tenemos que dar apoyo y, ciertamente, Estados Unidos; esta es nuestra posición expresada públicamente.

Yo diría que el proceso de paz no puede fracasar. Tenemos que respaldar al liderazgo colombiano hasta que ellos terminen... sean capaces de lograr una salida política apoyada por la policía y el ejército que termine con este sufrimiento increíble. Un millón de refugiados internos que viven en la mayor pobreza, una economía que está por el suelo, un proceso de paz que no adelanta, y uno podría decir que el problema central son las drogas y el dinero que estas generan.

Usted sabe, si esto fuera solamente extorsión, robo de bancos, secuestros y hacer volar el sistema de petróleo colombiano, sería un nivel de violencia. Pero si agregamos potencialmente US$500 millones que alimentan a las FARC, al ELN y a los paramilitares, llegamos a niveles de violencia que son inimaginables para la mayoría de los ciudadanos estadounidenses. Por eso es que tenemos que respaldar los esfuerzos colombianos para lograr la paz.



Washington, D.C.
30 de agosto de 1999




Actualizada: 8/IX/99