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  Actualizada: 09/XII/02

Funcionario de EE.UU. destaca avance de políticas hacia Suramérica

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Replantear con éxito la ayuda a Colombia, trabajar para establecer una relación productiva con el presidente electo de Brasil y adelantar la agenda comercial del Hemisferio figuran entre los logros de la política exterior de Estados Unidos en relación con América Latina en 2002, según Michael Zarin, de la oficina de planificación de políticas en el Departamento de Estado.

En un foro realizado el 5 de diciembre denominado Assessing U.S. Policy Toward South America in 2002 (Evaluación de la política de Estados Unidos hacia Suramérica en 2002), auspiciado por el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, Zarin se refirió a una serie de avances en la política de Estados Unidos hacia Suramérica durante el último año.

Entre los avances figura la exitosa reorientación de la política de Estados Unidos hacia Colombia para atender con más precisión las amenazas a la democracia colombiana. Zarin dijo que Estados Unidos "ha ido mucho más allá de la distinción artificial entre la lucha antinarcóticos y lucha antiterrorismo", al diseñar una política que ayude al gobierno colombiano a combatir a los grupos narcoterroristas y reafirmar el control sobre su territorio nacional, necesario para la democracia y el desarrollo.

Agregó que Estados Unidos también ha hecho una tarea concertada para "empezar con el pie derecho" en relación con la próxima administración en Brasil. Citó, como prueba de este esfuerzo, la invitación del Presidente Bush al Presidente electo brasileño Luiz Inacio Lula da Silva para que visite la Casa Blanca antes de asumir la presidencia.

El funcionario del Departamento de Estado dijo que tanto la Administración Bush como el gobierno de Brasil "tienen plenas esperanzas de trabajar constructiva, productiva y cooperativamente en una amplia variedad de temas". Agregó que "les puedo asegurar que hay muchos más temas que unen a Brasil y Estados Unidos que los que nos separan". Zarin dijo que los esfuerzos de Estados Unidos para cultivar una relación estrecha con el nuevo gobierno de Brasil "darán un gran paso" cuando Silva se reúna con el Presidente Bush en la Casa Blanca el 10 de diciembre.

El avance de una agenda comercial hemisférica previamente estancada es otra área donde la Administración Bush alcanzó éxitos importantes en 2001, de acuerdo con Zarin. Citó la aprobación en el Congreso de la Autorización para la Promoción Comercial como ejemplo del liderazgo de la Administración Bush en comercio, y anotó que la Casa Blanca procedió rápidamente a utilizar la Autorización para la Promoción Comercial al renovar y ampliar la Ley de Preferencia Comercial Andina (ATPA). Zarin dijo que la aprobación de la Autorización para la Promoción Comercial le permitirá a Estados Unidos concluir un acuerdo de libre comercio con Chile y que también acaba con un obstáculo potencial al establecimiento del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA).

Otra área en la cual la Administración Bush ha logrado progreso importante es la conversión de la Organización de los Estados Americanos (OEA) en un foro para la acción. "Realmente hemos trabajado intensamente para hacer de ésta una organización importante, funcional". Confirmó que la Administración Bush seguirá impulsando a la OEA para que haga mucho más, particularmente para favorecer la democracia y combatir la corrupción y el terrorismo en el Hemisferio.

Zarin destacó también la importancia de la Cuenta del Desafío del Milenio. Aunque no es específicamente para América Latina, se espera que la Iniciativa, que ampliará la ayuda exterior de Estados Unidos de US$5.000 a US$10.000 millones, tenga un impacto significativo en el Hemisferio, al premiar a aquellas naciones que se gobiernan bien e invierten en su gente.

Arturo Valenzuela, ex funcionario de la Casa Blanca y del Departamento de Estado durante la Administración Clinton, aplaudió los esfuerzos de la Administración Bush para aplicar lo que denominó una "política burocrática normal". Valenzuela, actualmente profesor en la Universidad de Georgetown, concedió a la Aadministración Bush altas calificaciones por proseguir con el proceso de la Cumbre de las Américas, por impulsar la Carta Democrática Interamericana, reforzar la convención hemisférica contra la corrupción y seguir adelante con la creación del ALCA.

Aunque Valenzuela le asignó una calificación de un poco más baja a la Administración Bush por sus esfuerzos en la aplicación de medidas "burocráticas", observó que la Administración ha hecho poco en otras áreas. En su opinión la actual Administración carece de una "estrategia grande" para el Hemisferio y no ha asumido los riesgos políticos necesarios para lograr progresos en áreas de importancia como un acuerdo migratorio con México.

Valenzuela también fustigó a la Administración Bush por lo que considera un deficiente manejo en las crisis en el Hemisferio. Argumentó que el manejo de crisis es extremadamente importante, dado que frecuentemente orienta a las políticas, citando el manejo por Estados Unidos de las crisis en Venezuela y Argentina como dos fracasos notables.

Valenzuela dijo que la respuesta inicial de Bush al gobierno provisional que brevemente asumió el poder en abril de 2002 en Venezuela socavó la autoridad moral de Estados Unidos, y significó un "grave retroceso" en sus esfuerzos para promover la democracia en todo el Hemisferio.

En el caso de Argentina, Valenzuela dijo que los funcionarios, tanto en la Administración Clinton como la de Bush, debieron haber comprendido los límites del régimen del cambio fijo como el de Argentina, en un contexto de bajo crecimiento económico. Argumentó que cuando la Administración del presidente argentino Fernando de la Rúa comenzó a tambalearse en 2001, Estados Unidos debió haber aportado "mucho más apoyo" y debió haber puesto más atención en lo que podía hacerse para evitar el colapso político y económico argentino.

En respuesta, Zarin defendió el manejo de las crisis en América Latina por parte de la Administración Bush, al observar que no había muchas opciones buenas cuando el equipo de Bush heredó la crisis que se desarrollaba en Argentina. Dijo que luego de apoyar a varios paquetes económicos de rescate, la Administración Bush llegó a un punto "en el que debíamos preguntarnos ¿vale la pena invertir buen dinero en una crisis económica tan mala?" Al anotar que Argentina todavía tiene dificultad para abordar sus problemas, señaló que Estados Unidos quiere ofrecerle tanto respaldo como sea posible y que está colaborando intensamente con Argentina para ayudarle a enfrentar sus actuales desafíos.

En cuanto a la respuesta de Estados Unidos al golpe de abril 2002 en Venezuela, Zarin se refirió al informe del Inspector General del Departamento de Estado, el cual determinó que Estados Unidos había "trabajado en apoyo de la democracia y la constitucionalidad en Venezuela" durante la gestación y el colapso del golpe. Es más, dijo, el informe determinó que las medidas de Estados Unidos "fueron completamente acordes con la Carta Democrática Interamericana".



Washington, D.C.
5 de diciembre de 2002




Versión en español

U.S. Official Outlines Policy Advances Toward South America

Successfully refocusing assistance to Colombia, working to establish a productive relationship with Brazil's president-elect and advancing the hemispheric trade agenda are among the achievements of U.S. foreign policy toward South America in 2002, according to Michael Zarin of the State Department's policy planning staff.

In the December 5 forum Assessing U.S. Policy Toward South America in 2002 hosted by the Center for Strategic and International Studies, Zarin outlined a number of advances in U.S. policy toward South America over the past year. Among these advances is the successful reorientation of U.S. policy toward Colombia to more accurately address threats to Colombian democracy. Zarin said that the United States "has moved well beyond the artificial distinction between counter-narcotics and counter-terrorism" in shaping a policy that will assist the Colombian government to combat narco-terrorist groups and reassert the control over its national territory, necessary for democracy and development.

Zarin said that the United States has also made a concerted effort to "get off on the right foot" with the incoming administration in Brazil. He cited President Bush's invitation to Brazilian President-elect Luiz Inacio Lula da Silva to visit the White House before Silva takes office as evidence of this effort.

The State Department official said that both the Bush Administration and the government of Brazil "fully expect to work constructively, productively and cooperatively on a whole host of issues." He added: "I can assure you that there are many more issues that unite the United States and Brazil than there are that separate us." Zarin said that U.S. efforts to cultivate a close relationship with Brazil's new government "will take a big step forward" when Silva meets with President Bush at the White House on December 10.

The advancement of a previously stalled hemispheric trade agenda is another area where the Bush Administration achieved significant success in 2002, according to Zarin. He cited the congressional passage of trade promotion authority (TPA) as an example of the Bush Administration's leadership on trade, and noted that the White House acted quickly to put TPA to use by renewing and expanding the Andean Trade Preference Act. Zarin said the passage of TPA should allow the United States to conclude a free-trade agreement with Chile and also removes a potential stumbling block in establishing a Free Trade Area of the Americas (FTAA).

Another area where the Bush Administration has made significant progress is the conversion of the Organization of American States (OAS) into a forum for action. "We really have worked hard to make this a functional, meaningful organization," Zarin said. He confirmed that the Bush Administration will continue to push the OAS to do more, particularly in promoting democracy and combating corruption and terrorism in the Hemisphere.

Zarin also highlighted the importance of the Millennium Challenge Account. Although not specific to Latin America, the initiative, which will expand U.S. foreign assistance from $5 to $10 billion, should have a significant impact on the Hemisphere by rewarding those nations that govern well and invest in their people.

Former Clinton White House and State Department official Arturo Valenzuela applauded the Bush Administration's efforts to implement what he called "normal bureaucratic policy." Valenzuela, currently a professor at Georgetown University, gave the Bush Administration high marks for following up on the Summit of the Americas process, pushing forward the Inter-American Democratic Charter, strengthening the hemispheric anti-corruption convention, and following up on the creation of the FTAA.

Though Valenzuela assigned the Bush Administration a grade of "A-minus" for its efforts in implementing "bureaucratic" measures, he said the administration has fallen short in other areas. In his opinion, the current administration lacks a "grand strategy" for the Hemisphere and has not taken the political risks necessary to make progress in important areas such as a migration agreement with Mexico.

Valenzuela also faulted the Bush Administration for what he considered poor crisis management in the Hemisphere. He argued that crisis management is extremely important, since it often drives policy, and he cited the U.S. handling of crises in Venezuela and Argentina as notable shortcomings.

Valenzuela said the Bush Administration's initial response to the provisional government that briefly took power following an April 2002 coup in Venezuela undermined U.S. moral authority and represented "a serious reversal" in its efforts to promote democracy throughout the Hemisphere.

On Argentina, Valenzuela said officials in both the Clinton and Bush Administrations should have realized the limits of a fixed-exchange regime such as Argentina's within a context of low economic growth. He argued that as the administration of former Argentine President Fernando de la Rua began to flounder in 2001, the United States should have provided "a lot more support" and should have been more focused on what could be done to avert Argentina's political and economic collapse.

In rebuttal, Zarin defended the Bush Administration's crisis management in Latin America by observing that there were not many good options remaining when the Bush team inherited the crisis unfolding in Argentina. He said that after supporting various economic rescue packages, the Bush Administration came to a point "when we had to ask ourselves, 'is it worth throwing good money after bad?'" Noting that Argentina is still having trouble addressing its problems, Zarin stressed that the United States wants to be as supportive as possible and is working very hard to help Argentina as that nation confronts its current challenges.

On the subject of the U.S. response to the April 2002 coup in Venezuela, Zarin pointed to the report of the State Department Inspector General which concluded that the United States had "worked to support democracy and constitutionality in Venezuela" as the coup unfolded and collapsed. Moreover, he said, the report found U.S. actions to be "fully consistent with the Inter-American Democratic Charter."



Washington, D.C.
December 5, 2002