Es un trastorno de piel caracterizado por prurito crónico y rascado; el rascado persistente causa la formación de parches gruesos, curtidos e hiperpigmentados en la piel.

Este es un trastorno de la piel caracterizado por un ciclo continuo de prurito-rascado.

• Puede comenzar con algo que roza, irrita o rasguña la piel, como la ropa.
• Esto hace que la persona se frote o rasque un área. Esto produce el engrosamiento de la piel.
• La piel endurecida pica y produce más rascado y en consecuencia, hay más engrosamiento.
• El trastorno puede causar engrosamiento y pigmentación de la piel de color pardo en el área afetada.

Este trastorno puede estar asociado con dermatitis atópica (eczema) o psoriasis; también puede estar asociado con nerviosismo, ansiedad, depresión y otros trastornos sicológicos.

Es común en niños que se rascan crónicamente las picaduras de insectos y otras áreas, y también puede ser común en niños con retardo mental que realizan movimientos repetitivos crónicos.

• Prurito en la piel
  • puede ser crónico
  • puede ser intenso
  • incrementa con la tensión nerviosa y el estrés
• Lesión de piel, parche o placa
  • líneas de la piel exageradas sobre la lesión
  • lesión circunscrita con bordes bien definidos
  • la lesión de piel presenta una textura curtida (liquenificación)
  • piel oscura o enrojecida (hiperpigmentada)
  • áreas en carne viva, excoriación
  • marcas del rascado
  • escamaciones
  • comúnmente localizada en los tobillos, muñecas, cuello, área anal o del recto, antebrazos, muslos, parte interior de la pierna, parte posterior de la rodilla y parte interna del codo

El diagnóstico está basado principalmente en la apariencia de la piel y en antecedentes de prurito crónico y de rascado. Una biopsia de lesión de piel puede ser necesaria para confirmar el diagnóstico.

El tratamiento primario es dejar de rascarse la piel, lo que puede requerir orientación profesional para tomar conciencia acerca de la importancia de no rascarse y aprender medidas para el manejo del estrés o modificación del comportamiento.

El prurito y la inflamación se pueden tratar con esteroides o lociones antipruriginosas tópicas aplicadas al área afectada de la piel. Las pomadas exfoliadoras, como las que contienen ácido salicílico, se pueden utilizar sobre las lesiones endurecidas. Se pueden recomendar jabones y lociones que contengan alquitrán.

Se pueden utilizar apósitos para cubrir y proteger el área con o sin medicamentos tópicos, los cuales se dejan en el sitio por una o más semanas.

Puede ser necesario administrar antihistamínicos, sedantes o tranquilizantes para reducir el prurito y el estrés, se pueden inyectar esteroides directamente en las lesiones para reducir la picazón y la inflamación.

Igualmente, se pueden recomendar antidepresivos y tranquilizantes en aquellos pacientes que presenten un componente emocional en el liquen simple crónico.

El liquen simple crónico puede controlarse al reducir el estrés y el rascado. Este problema puede repetirse o cambiar de sitio.

• Infección cutánea bacteriana secundaria
• Formación de cicatriz permanente
• Cambios de pigmentación permanentes

Se debe consultar al médico si los síntomas empeoran o se desarrollan nuevos, especialmente si se presentan signos de infección de piel como dolor, enrojecimiento, drenaje de la lesión o fiebre.