La concientización aobre el ambiente está creciendo en todo el mundo y las personas se están dando cuenta de la estrecha interrelación entre animales y plantas en un determinado hábitat. Estas relaciones se extienden hasta el mundo microscópico de los virus, bacterias, hongos y parásitos; un mundo más difícil de ver y más difícil de entender. Mientras cobramos conciencia del medio ambiente que nos rodea, con frecuencia fracasamos en entender el ambiente dentro de nosotros mismos.

Un hábitat es un ambiente en el que viven animales y plantas. En un hábitat exitoso existe un equilibrio desde la base de la cadena alimentaria hasta su extremo superior, de manera tal que cada participante tiene su lugar y sus números, todos entrelazados en una compleja relación.

Los seres humanos (de hecho, cualquier animal o planta) son como un pequeño hábitat, pues hospedan un gran números de virus, bacterias, hongos y parásitos, que son parte de la flora y fauna normal de dichos seres. En otras palabras, estas criaturas se encuentran en los seres humanos normales y no producen enfermedades; de hecho, hay algunas que en realidad son beneficiosas, como las bacterias intestinales que producen vitamina B 12 y vitamina K. Los virus, bacterias, hongos y parásitos que causan las enfermedades son llamados organismos causantes de enfermedades u organismos patógenos y no forman parte de la flora y fauna normal de una persona.

Los seres vivos tienen un fuerte impulso (que no es necesariamente algo consciente) de reproducirse, que es igual en los virus y las bacterias que en los animales superiores. Los virus, bacterias, hongos y parásitos tienen varios requisitos para poder satisfacer su impulso de reproducción:

1. Tienen que asegurar un medio para ser transmitido de un huésped a otro.
2. Tienen que sobrevivir las defensas del organismo donde se alojan lo suficiente como para garantizar esa transmisión
3. Deben mantener la salud del organismo donde se alojan lo mejor posible para aumentar sus probabilidades de ser transmitido muchas veces.

Las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS) son excelentes en estas tres áreas.
1. Primer punto. El sexo entre los humanos se rige por uno de los impulsos básicos de la naturaleza. El sexo siempre ha existido y siempre existirá y con frecuencia es difícil 'sólo decir que NO'. El sexo es un impulso tan fuerte que tiende a nublar el juicio, lo que representa un beneficio para cualquier ETS.
2. Segundo punto. La mayoría de las ETS tienen una gran tiempo de residencia en los humanos antes de ser erradicadas por las defensas del organismo donde se alojan. La gonorrea, una ETS con uno de los tiempos de residencia más cortos (de 2 a 5 semanas) pero con un alto índice de transmisión, es una ETS muy 'exitosa', dependiendo de la alta frecuencia garantizada de relaciones sexuales entre los humanos; a tal punto que llega a ser la enfermedad infecciosa más reportada en algunos países. La sífilis tiene uno de los períodos de residencia más largo de cualquier ETS, causando enfermedad y discapacidad cada vez mayor del individuo por más más de 20 años. Es la tercera enfermedad infecciosa más denunciada en los Estados Unidos.
3. Tercer punto. La mayoría de las ETS no matan al organismo donde se alojan. El herpes es una infección de por vida, pero no destruye al organismo donde se aloja. La sífilis puede terminar destruyéndolo, pero sólo después de más de 20 años de haberse iniciado la infección. El SIDA es la única ETS que mata, de manera consistente, al organismo donde se aloja, pero incluso esta enfermedad, necesita de 10 a 12 años para hacerlo. El SIDA tiene un bono adicional y es que no provoca enfermedades aparentes durante los primeros 5 a 10 años, por lo que los individuos pueden no estar conscientes de que están afectados y, por ende, no modifican sus patrones de comportamiento sexual, garantizando la transmisión del organismo.

Las enfermedades de transmisión sexual se ajustan a la ecología del hábitat humano igual que el coyote y la liebre americana al hábitat de la artemisa del Oeste o el caimán y el jabalí al hábitat de los pantanos de los Everglades. La comprensión de la naturaleza de las ETS, su medio de transmisión y sus efectos en la salud, puede ayudar a los seres humanos a evitar contraer la infección e infectar a otros. La salud sexual es sólo eso: la experiencia sexual entre individuos sin el miedo a contraer enfermedades o a sufrir consecuencias en la salud.