Es una enfermedad cutánea común de origen hereditario, que ocasiona piel seca y escamosa.

La ictiosis es uno de los trastornos genéticos más comunes y puede empezar en la niñez temprana antes de los cuatro años. En la mayoría de los casos, se ve afectado uno de los padres y al menos la mitad de los hijos. Este trastorno desaparece generalmente en la edad adulta, pero puede repetirse en la vejez.

Una de las características de la ictiosis es el desarrollo de piel seca y escamosa. Generalmente es más severa en las piernas, pero también puede afectar los brazos, las manos y, algunas veces, el tronco. Esta condición se asocia también con la aparición de muchas líneas finas en la palma de la mano.

Esta enfermedad se presenta con mayor frecuencia en los meses de invierno y puede estar asociada con dermatitis atópica, queratosis pilar (pápulas pequeñas en la región posterior de los brazos) o con otras anomalías cutáneas.

• Erupción / lesión en la piel
  • resequedad en la piel, severa
  • apariencia escamosa, escamas adherentes
  • puede engrosarse

• Prurito leve en la piel

El diagnóstico se hace basándose principalmente en el aspecto que presente la piel. Es posible que el médico necesite descartar otras causas de la escamosidad y resequedad de la piel. Con frecuencia, existen antecedentes familiares de una resequedad cutánea similar.

Los síntomas pueden reducirse si se humecta la piel de una manera intensiva. Las cremas y los ungüentos son más efectivos que las lociones y el mejor momento para aplicarlos es inmediatamente después del baño, cuando la piel aún está húmeda. Se recomienda la utilización de jabones suaves que no resequen la piel. Asimismo, se sugiere el uso de cremas humectantes que contengan agentes queratolíticos (sustancias químicas que ayudan a la piel a mudar normalmente), como el ácido láctico, el ácido salicílico y la urea.

La ictiosis puede ser molesta, pero raras veces afecta la salud en general y, en la mayoría de los casos, se mejora en la edad adulta, aunque puede repetirse en la vejez.

Si la persona se rasca la piel y ésta se abre, puede desarrollarse una infección bacteriana secundaria en la piel.

Se debe buscar asistencia médica si los síntomas de la ictiosis persisten a pesar del tratamiento, si empeoran, si la lesión se disemina o si se desarrollan nuevos síntomas.

En caso de padecer esta enfermedad, se debe tener en cuenta que los hijos están en riesgo de desarrollarla.