Es la incapacidad de un niño para obtener la nutrición adecuada, lo cual se traduce en pérdida de peso o en la incapacidad para aumentar de peso de manera apropiada para su desarrollo.

Los trastornos en la alimentación se diagnostican cuando el bebé o el niño no se alimenta adecuadamente y no hay evidencia de que el problema sea causado por una condición médica (como, por ejemplo, paladar hendido, enfermedad cardíaca congénita o enfermedad pulmonar crónica) o mental (como cualquiera de los trastornos que producen retardo mental).

La causa de estos trastornos a menudo se desconoce, pero frecuentemente son acasionados por una variedad de factores como la pobreza, interacciones disfuncionales niño/tutor y mala información de los padres acerca de la dieta apropiada para satisfacer las necesidades del niño.

• Bajo aumento de peso
• Pérdida de peso
• Estreñimiento
• Llanto excesivo
• Irritabilidad
• Apatía

Se realiza un examen físico para evaluar las condiciones médicas que pudieran causar o contribuir con este problema. La evaluación de las curvas del desarrollo para peso, talla y circunferencia craneana son importantes en cualquier evaluación de problemas de alimentación o peso.

Se pueden utilizar pruebas de laboratorio y de imágenes para completar los estudios médicos, pero estos usualmente son normales en niños con problemas de desarrollo.

Dependiendo de la gravedad del problema, se pueden tomar las siguientes medidas:

• Aumentar el nivel de calorías y la cantidad de líquidos consumidos por el bebé
• Corregir cualquier deficiencia de vitaminas o minerales
• Identificar y corregir los problemas sicosociales o enfermedades físicas subyacentes

Para lograr estos objetivos, se puede requerir una hospitalización breve.

No existe una curación rápida para la mayoría de los bebés y niños que sufren un trastorno de alimentación. En lugar de esto, se requiere un enfoque multidisciplinario con pediatras, enfermeras, dietistas, trabajadores sociales, especialistas de la conducta y padres de familia que trabajen conjuntamente para mejorar el bienestar y estado nutricional del niño.

La desnutrición en la niñez puede impedir el desarrollo físico y mental en caso de ser severa y prolongada, pero con el tratamiento oportuno se pueden prevenir tales complicaciones.

Se debe buscar asistencia médica con el pediatra si se tiene alguna preocupación con respecto al apetito, comportamiento, desarrollo o crecimiento del niño.

Seguir las pautas recomendadas para la nutrición puede ayudar a asegurar una ingesta adecuada de líquidos y de calorías para el niño. Las visitas regulares y frecuentes a los programas del "niño sano" con el pediatra pueden ayudar a detectar a tiempo problemas de desarrollo y de alimentación y prevenir un daño permanente relacionado con la desnutrición.