Es una prueba que mide la capacidad del páncreas para responder a la secretina, una hormona secretada por el intestino delgado cuando los alimentos parcialmente digeridos pasan del estómago al intestino. Esta hormona normalmente estimula al páncreas a secretar un líquido con alta concentración de bicarbonato. Al igual que un antiácido, este bicarbonato neutraliza la acidez del material proveniente del estómago, de tal manera que las enzimas en el intestino delgado pueden funcionar adecuadamente en la descomposición y absorción de nutrientes.

Se introduce un tubo a través de la nariz hasta el estómago y luego hasta llegar al duodeno (la primera parte del intestino delgado). Se administra secretina a través de este tubo y se extraen los contenidos de las secreciones duodenales por un período de aproximadamente 2 horas.

Bebés y niños:
La preparación física y sicológica que se puede brindar para éste o cualquier examen o procedimiento depende de la edad, intereses, experiencias previas y grado de confianza del niño. Para mayor información, se recomienda leer las siguientes pautas:

• Preparación de un bebé para un examen o procedimiento (menor de 1 año)
• Preparación de un niño pequeño para un examen o procedimiento (1 a 3 años)
• Preparación de un niño en edad preescolar para un examen o procedimiento (3 a 6 años)
• Preparación de un niño en edad escolar para un examen o procedimiento (6 a 12 años)
• Preparación de un adolescente para un examen o procedimiento (12 a 18 años)

La persona puede experimentar náuseas a medida que se inserta el tubo.

Este examen se lleva a cabo para evaluar la función pancreática en la digestión. Las personas que presentan enfermedades relacionadas con el páncreas, como por ejemplo, pancreatitis crónica, fibrosis quística o cáncer pancreático pueden tener función pancreática anormal.

Los cuerpos de las personas con fibrosis quística forman tapones mucosos que pueden obstruir los conductos pancreáticos que desembocan en el intestino delgado. Estos tapones impiden la neutralización de la acidez producida por los alimentos, lo cual finalmente reduce la capacidad de digerirlos y absorberlos.

Los valores anormales pueden indicar fibrosis quística o pancreatitis crónica.

Existe un leve riesgo con la colocación del tubo a través de la tráquea y luego a los pulmones en lugar de introducirlo a través del esófago hasta el estómago, razón por la cual, antes de continuar con la prueba, el médico debe verificar la colocación correcta del tubo.