Ilustración de un anticuerpo, el cual tiene una forma similar a la de una "Y" mayúscula.

Anticuerpo

Cada anticuerpo está constituido por dos cadenas pesadas idénticas y dos cadenas ligeras idénticas, en forma de una Y.

Las secciones que forman los extremos de los brazos de la Y varían grandemente de un anticuerpo a otro; esto se conoce como la región variable. Son estos contornos únicos en el sitio de enlace con el antígeno los que le permiten al anticuerpo reconocer un antígeno correspondiente, de la misma manera en que una cerradura corresponde con una llave.

El tallo de la Y une al anticuerpo con otros participantes en las defensas inmunes. Esta área es idéntica en todos los anticuerpos de la misma clase—por ejemplo, todos los anticuerpos IgE—y se le conoce como la región constante.