Reduciendo la
pérdida del bióxido de carbono durante la cosecha del
otoño
Por David
Elstein
8 de marzo 2004 El uso del arado de cincel durante
la labranza en el otoño mantendrá el residuo en la superficie y
minimizará la alteración del suelo, la cual por su parte
reducirá la pérdida del bióxido de carbono (CO2),
según dos científicos del Servicio de Investigación
Agrícola (ARS) en Auburn,
Alabama.
El fisiólogo de planta Stephen A. Prior y el ingeniero
agrícola Randy L. Raper, del
Laboratorio
Nacional de Dinámica del Suelo en Auburn, estudian la pérdida
del CO2 y su relación a los tipos de máquinas de granja
utilizadas y la estación en que la labranza ocurre. Mientras algo del
CO2 siempre se escapa a la atmósfera, demasiada pérdida del gas
durante la labranza podría dañar el medio ambiente y reducir la
productividad del suelo.
Los científicos estudiaron un suelo arenoso y margoso en la
región del este-central de Alabama para averiguar cuánto
bióxido de carbono se escapó debido a la labranza de un campo de
grano de sorgo. La labranza con un arado de disco causó la
emisión de cantidades más grandes de CO2 que el uso de un arado
de cincel, porque el arado de disco revuelve más suelo. Los lotes de
campo no labrados tuvieron niveles bajos de pérdida del CO2, similares a
aquellos campos labrados con un arado de cincel.
La pérdida reducida del CO2 también fue observada en lotes
donde la labranza se demoró hasta la primavera. Dejar el residuo de
cosecha en su lugar durante los meses del invierno y demorar la labranza hasta
la primavera disminuyen la descomposición del residuo y protege el suelo
durante las lluvias del invierno.
Más información sobre esta investigación se encuentra
en la revista 'Agricultural Research' de marzo, disponible en Internet en:
http://www.ars.usda.gov/is/AR/archive/mar04/carbon0304.htm
ARS es la agencia principal de investigaciones científicas del
Departamento de Agricultura de EE.UU.
|