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Trastornos por inmunodeficiencia

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Anticuerpos
Anticuerpos

Nombres alternativos    Volver al comienzo

Inmunosupresión

Definición    Volver al comienzo

Es un trastorno o condición en la cual se presenta disminución o ausencia de la respuesta inmune.

Causas, incidencia y factores de riesgo    Volver al comienzo

El sistema inmunológico protege al organismo de las sustancias potencialmente dañinas (antígenos) tales como los microorganismos, las toxinas, las células cancerígenas y la sangre o los tejidos de otra persona. La respuesta inmune consiste de acciones generales como la fagocitosis, en la cual los glóbulos blancos absorben y destruyen cualquier material "extraño". La respuesta inmune protege contra antígenos específicos produciendo anticuerpos (inmunoglobulinas), los cuales son moléculas que se adhieren a un antígeno específico y hacen que la destrucción del antígeno sea más efectiva. Asimismo, protege contra antígenos específicos produciendo linfocitos (grupo de glóbulos blancos) que se tornan especializados (sensibilizados), los cuales "reconocen" la sustancia extraña y la destruyen.

La inmunidad es, en parte, un producto del tejido linfoide del organismo, el cual comprende el timo, los ganglios linfáticos, las amígdalas, partes del bazo y del tracto gastrointestinal y la médula ósea.

Los linfocitos (los glóbulos blancos especializados que brindan inmunidad adquirida) se producen o maduran en diferentes tejidos linfoides y se dividen en dos grupos: los linfocitos T que se convierten en los linfocitos sensibilizados, los cuales atacan directamente a los antígenos (inmunidad celular); y los linfocitos B que producen anticuerpos (inmunidad humoral) que se adhieren al antígeno y hacen que los fagocitos y agentes químicos del cuerpo, como las proteínas del complemento, sean mucho más eficientes en la destrucción del antígeno.

Los trastornos del sistema inmunológico se presentan cuando la respuesta inmune es inapropiada, excesiva o deficiente y los trastornos de inmunodeficiencia ocurren cuando el sistema inmune es incapaz de luchar contra los tumores o las sustancias invasoras. Esto causa infecciones persistentes o recurrentes, infecciones severas por organismos que normalmente son benignos, recuperación incompleta de una enfermedad o respuesta débil al tratamiento y un aumento en la incidencia de cáncer y otros tumores.

Las infecciones oportunistas son infecciones generalizadas causadas por microorganismos que usualmente se pueden controlar.

Esta deficiencia puede afectar cualquier parte del sistema inmunológico. Comúnmente, abarca una disminución en el funcionamiento de los linfocitos T o B (o ambos) o una producción deficiente de anticuerpos. Entre las causas se encuentran los defectos congénitos o hereditarios y la inmunodeficiencia adquirida causada por una enfermedad que afecta al sistema inmunológico.

Entre los ejemplos de trastornos congénitos por inmunodeficiencia de producción de anticuerpos (anormalidades en los linfocitos B) están la hipogammaglobulinemia (ausencia de uno o más anticuerpos específicos), la cual usualmente causa repetidas infecciones respiratorias leves, y la agammaglobulinemia (ausencia de toda o casi toda la producción de anticuerpos), la cual conlleva a infecciones severas frecuentes y es a menudo mortal. Los trastornos congénitos que afectan los linfocitos T pueden producir un aumento de la susceptibilidad a los hongos, lo cual se traduce en infecciones repetidas de Cándida (levaduras). La inmunodeficiencia combinada hereditaria afecta tanto a los linfocitos T como a los linfocitos B y con frecuencia es mortal durante el primer año de vida, ya que no existe resistencia contra la infección o la enfermedad.

Se dice que las personas están "inmunosuprimidas" cuando experimentan una inmunodeficiencia causada por medicamentos como los corticosteroides o por medicamentos inmunosupresores, lo cual produce resultados deseables durante el tratamiento de trastornos tales como los trastornos autoinmunes. Se emplea después de hacer un trasplante de órganos para prevenir el rechazo al trasplante.

La inmunosupresión también se considera un efecto colateral común de la quimioterapia en el tratamiento de muchos tipos de cáncer, ya que este procedimiento reduce con frecuencia el número de glóbulos blancos disponibles para luchar contra la infección.

La inmunodeficiencia adquirida puede ser una complicación de enfermedades como la infección por VIH y el SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida). La desnutrición, particularmente cuando se presenta carencia de proteína, puede causar inmunodeficiencia adquirida. Muchos casos de cáncer pueden producir inmunodeficiencia.

Las personas a quienes se les ha practicado una esplenectomía o extirpación del bazo presentan un mayor riesgo de infección a causa de ciertas bacterias encapsuladas a las cuales el bazo normalmente ayudaría a combatir.

Al aumentar la edad, también se reduce la efectividad del sistema inmunológico, ya que los tejidos del sistema inmunológico (los tejidos linfoides en particular, como el timo) disminuyen de tamaño con el proceso de envejecimiento. Asimismo, se presenta una disminución en la actividad y el número de linfocitos.

La siguiente lista comprende condiciones y enfermedades que pueden producir un estado inmunodeficiente:

Síntomas    Volver al comienzo

Los síntomas varían según el trastorno específico.

Signos y exámenes    Volver al comienzo

Las infecciones persistentes o recurrentes, o las infecciones severas por microorganismos que usualmente no producen síntomas de infecciones severas, pueden ser indicios de la presencia de un trastorno por inmunodeficiencia. Otros indicadores posibles son:

Algunos exámenes que indican la presencia de un trastorno por inmunodeficiencia son:

Se pueden recomendar otros exámenes para confirmar los trastornos específicos por inmunodeficiencia.

Tratamiento    Volver al comienzo

Usualmente, la respuesta inmune es un efecto deseado. Incluso la inmunosupresión deliberada (en el tratamiento de trastornos autoinmunes, por ejemplo) es un intento de mantener un equilibrio entre la supresión de algunas partes del sistema inmunológico y la capacidad para combatir la infección y la enfermedad.

El objetivo del tratamiento para los trastornos por inmunodeficiencia implican la protección contra las enfermedades e infecciones, así como su tratamiento en el caso de que éstas se presenten.

Es importante evitar el contacto con personas que tengan una infección o enfermedad contagiosa, incluso el contacto con personas que han sido inmunizadas (vacunadas) en las dos semanas anteriores.

Cualquier enfermedad o infección debe tratarse en forma agresiva. El tratamiento puede consistir en el uso prolongado de antimicrobianos (antibióticos, medicamentos antimicóticos y otros), el uso de antimicrobianos potentes para tratar cualquier infección y los tratamientos preventivos (profilácticos).

El interferón (empleado para tratar infecciones virales y algunos tipos de cáncer) y la Zidovudina (AZT, utilizada para tratar el SIDA) son dos medicamentos inmunoestimulantes (medicamentos que incrementan la eficiencia del sistema inmunológico).

Las personas que presentan VIH y SIDA pueden tomar combinaciones de medicamentos para reducir la cantidad del virus en el sistema inmune y de este modo incrementar su inmunidad.

Las personas que son sometidas a una esplenectomía deben vacunarse dos semanas antes de la cirugía contra los organismos encapsulados, como la neumonía estreptocócica.

Se puede recurrir al trasplante de médula ósea para tratar ciertas condiciones de inmunodeficiencia.

La inmunidad pasiva (administración de anticuerpos producidos por otra persona o animal) se puede recomendar ocasionalmente para prevenir una enfermedad después de la exposición a un microorganismo.

Expectativas (pronóstico)    Volver al comienzo

Algunos trastornos por inmunodeficiencia son leves y producen estados de enfermedad ocasionales, mientras que otros son severos y pueden ser mortales. La inmunosupresión producida por medicamentos es, con frecuencia, reversible una vez que se suspende el medicamento.

Complicaciones    Volver al comienzo

Situaciones que requieren asistencia médica    Volver al comienzo

Se debe acudir al médico de inmediato si la persona está tomando medicamentos inmunosupresores (por ejemplo, quimioterapia o prednisona), si tiene fiebre mayor a 100,5º F (40.5ºC) o si presenta tos con deficiencia respiratoria. Si la fiebre está acompañada de dolor de cabeza y rigidez en el cuello, el paciente debe acudir directamente al servicio de urgencias. Se debe acudir al médico si se presentan infecciones recurrentes por levadura o candidiasis oral.

Prevención    Volver al comienzo

No se conocen medidas de prevención para los trastornos por inmunodeficiencia congénita. El comportamiento sexual seguro y el evitar el contacto con líquidos corporales de otras personas pueden ayudar a prevenir la infección por VIH y el SIDA. La buena alimentación puede prevenir la inmunodeficiencia adquirida causada por desnutrición.

La supresión del sistema inmunológico puede ser deseable en el tratamiento de ciertos trastornos o puede ser un efecto colateral de algunos tratamientos.

Actualizado: 11/2/2001

Versión en inglés revisada por: Sarah Pressman Lovinger, M.D., General Internist at Boston Medical Center, Boston, MA. Review provided by VeriMed Healthcare Network.
Traducción y localización realizada por: DrTango, Inc.

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